Lo que en otras circunstancias sería inapropiado, en el caso del desalojo de la Antigua Aduana era lo debido. Ante un ocupante ilícito de un bien público, el Ministro de Cultura primero agotó todos los recursos legales y toda la paciencia exigible, hasta que solo le quedó actuar con la fuerza legítima del imperio de la ley, y con la verdad en la mano, como correspondía.
Ante el deber impuesto en defensa del interés público usurpado, Guido Sáenz no lo rehuyó ni evadió con medias tintas, como es lo usual. Más allá del caso, tal debe ser la ruta nacional. Cumplir con el deber y ser responsable: es el cambio sencillo, pero trascendental que necesitamos en Costa Rica por parte de todos, y en especial de los que están en posiciones de poder –públicas y privadas – para superar la muy seria crisis que vivimos.
Por eso, con su gesto valiente y digno, el ministro de Cultura, muy apropiadamente nos ha dado un ejemplo nacional.
Jorge Ml. Dengo O., Jorge Rossi C. , Arnoldo López E., Alejandro Rodríguez V., Jorge Castro B. , Eduardo Sancho G., Rodolfo Silva V., Arnoldo Mora M, Javier Solís H., Fernando Durán A., Daniel Gallegos, Samuel Rovinsky, Kitico Moreno, Eugenia Flores V., Leonor Antillón S., Víctor Hugo Acuña, Víctor Buján D., Juan F. Montealegre M., Juan José Sobrado C., Julio Corvetti S., Óscar Bejarano, Wálter Antillón M., Alejandro Robles M.