Editorial

La herencia del dictador

Fidel Castro deja tras sí un régimen embalsamado y un país que colapsó atado a sus delirios

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Se introdujo en la historia proclamando ser un salvador –y pudo llegar a serlo–, pero la deja como un destructor: lo que al final fue. Fidel Castro murió el viernes a los 90 años, tras protagonizar un extendido acto de megalomanía política, control totalitario, construcción de mitos, intervencionismo global, parálisis nacional, prestidigitación simbólica, verticalismo, rigidez, simulaciones y arbitrariedad.








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