Opinión

Disparates ilustrados

Necesitamos una mentalidad crítica

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Uno de los males menos vistosos pero más dañinos de la humanidad consiste en idolatrar la obra -filosófica o literaria- de individuos que han alcanzado notoriedad. Así, por ejemplo, la ciega admiración milenaria por Platón ha oscurecido las mentes de muchos hombres que no han leído con espíritu crítico sus notables escritos. Los admiradores ciegos de este brillante filósofo no han percibido las raíces totalitarias e idealistas de su pensamiento, o, lo que es peor, las han soslayado o adoptado, como Hegel y Marx.








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