En los últimos días he sido víctima del descuido o ligereza de algunos periodistas. Lamentablemente, parece que, algunas veces, los sistemas de verificación entre imágenes y textos son inoperantes ya que se transmiten o publican imágenes o fotos que no guardan relación alguna con la palabra dicha o escrita.
Como representante de la empresa constructora PUENTEPREFA LIMITADA he sentido tal atropello cuatro veces en menos de una semana; dos, por la razón anteriormente citada, en la cual se le informa al público que el Conavi le ha rescindido el contrato de un puente a la Constructora Belén por incumplimiento, pero las imágenes que transmite el canal 7 son las de un puente nuestro ya terminado y , como si fuera poco, aparece varias veces en la pantalla el nombre de nuestra empresa, la cual, repito, no tiene ningún nexo con dicha obra. Por otra lado, La Nación comete exactamente el mismo error. Incongruencia total entre el texto y la foto publicada
Otros atropellos. Los dos atropellos restantes se dieron debido a que el servicio de Noticias Repretel y la estación de radio Columbia informaron sobre un serio accidente de un empleado en labores propias de construcción y supusieron que dicho trabajador forma parte de nuestra nómina. Lo anterior no es cierto. Lamentablemente, el hecho ocurrió. Sin embargo, el accidentado trabaja para otra empresa constructora, que no es necesario mencionar aquí.
Es poco serio no medir las consecuencias de hechos como los anteriores. Sobra mencionar el daño a la imagen de la empresa. Además, como si fuera poco, hay que suplicar para que se diga la verdad, es decir, para aceptar una equivocación de parte de los medios de comunicación.
Le comunico, pues, al lector la forma en que dichos medios informativos repararon sus errores : La Nación , unos días después, en unos pequeños rengloncitos, que no guardan relación en el tamaño con la foto y el texto mal publicados.
Pago por la verdad. En el caso de los noticieros televisivos, aclararon en ediciones posteriores; sin embargo, el tiempo que dedicaron a enmendar dichas equivocaciones es poco si tomamos en cuenta que no necesariamente quien ve un noticiero al mediodía también lo hace al atardecer o a la mañana siguiente. Quiero recalcar aquí que Telenoticias del canal 7 se disculpó en forma amplia, incluso pasando tomas del puente en mención; no así Repretel. La estación de radio Columbia, muy amablemente, a su vez difundió un mensaje tratando de enmendar su falta.
En vista de lo anterior, parece inevitable tener que pagar para que la verdad llegue a un número mayor de personas para que la falsa información pueda ser acallada y, en nuestro caso específico, para que la imagen de nuestra empresa se vea lo menos perjudicada posible.
Tal fue mi caso: pagué un cuatro de página al periódico La Nación el 9 de octubre; es decir, desembolsé ¢250.000.00, gracias a los descuidos de periodistas de distintos medios de información.