Tras su encuentro con García Márquez, Estrellita Cartín se pregunta en voz alta la interrogante que tantas veces nos asalta en los rincones del camino: ¿Es todo producto de la casualidad o hay fuerzas incontrastables que nos llevan a vivir situaciones que superan los límites de la realidad?
Es propio de las personas nuestra capacidad imaginativa; el soñar infinitamente y el correr con pasión para transformar cada anhelo e ideal en realidad.
Sin embargo, también vivimos experiencias que superan cualquier expectativa imaginada, en este misterio de ires y venires por los que transitamos en nuestra vida.
Por eso, me atrevo a afirmar, ante el cuestionamiento de Estrellita, que las casualidades no existen cuando lo vivido excede con creces lo soñado.
Sin duda, las “fuerzas incontrastables” se desatan en premio a una amistad sincera, un amor verdadero, una fidelidad inquebrantable o una plena devoción, y nos dan la felicidad en cualquier corto o largo trecho compartido, acompañado de complicidades, acompasado con latidos o alumbrado con miradas.