En relación con el tema de Iraq, he venido recibiendo una serie de ataques y ofensas de parte del excanciller Rodrigo Madrigal Nieto. Siempre he sido respetuoso al ofrecer las razones que el gobierno del presidente Abel Pacheco tiene para sostener que ha tenido una política exterior coherente y apegada a la tradición de paz del país.
Comprendo que frente al tema de Iraq se produzca un debate nacional y que afloren diversas y auténticas posiciones políticas. Con humildad he aceptado la crítica como también he agradecido las manifestaciones de apoyo. Todo esto puede y debe darse en un plano de respeto.
Lo que no lograba entender era por qué tanto encono, por qué tanto ensañamiento de parte del excanciller Madrigal Nieto. Su artículo del 6 de abril me ha dado la respuesta.
El excanciller afirma que el Gobierno de Estados Unidos está en guerra contra Iraq no para combatir el terrorismo, sino que sus motivaciones son de índole petrolera; que EE. UU. está en guerra contra Husein únicamente para consolidar “el imperio americano”; que el presidente Bush ha metido a su país en esta guerra como medio “para impulsar su reelección”; que si esta guerra –que todos lamentamos– fuera corta y exitosa, el presidente Bush podría reelegirse sin necesidad de “recurrir al artificio del gobernador de Florida”. Con eso, claramente insinúa que la elección del presidente Bush no fue transparente.
Y, entre otras cosas más, afirma que el Secretario de Defensa de EE. UU., el señor Rumsfeld, jefea una cuadrilla. Dentro del contexto del artículo, no cabe duda de que el término “cuadrilla” lo usa en su acepción peyorativa. En ese sentido “cuadrilla” sería sinónimo de pandilla, de gavilla.
Evidentemente, esas tesis no las va a sostener este Gobierno.
Me atrevo a afirmar que las tesis del excanciller son contrarias a la inmensa mayoría del pueblo costarricense. El pueblo de Costa Rica no ve en el Gobierno de Estados Unidos las alevosas motivaciones.
Y me atrevo a afirmar que la tesis del Gobierno está mucho más cerca del sentir del pueblo costarricense. El Gobierno no puede participar en ninguna guerra ni mucho menos declarar la guerra a ningún país; el Gobierno abogó hasta el último momento por la paz; pero, cuando la guerra, que todos lamentamos, se dio, el Gobierno optó por dar apoyo moral a sus tres aliados históricos: Estados Unidos, Gran Bretaña y España. Jamás al régimen de Husein. El excanciller debería buscar la paz en su corazón.