En el 2004 , gracias a las investigaciones contra la corrupción, cambiaron muchos paradigmas. Uno, cuyo debilitamiento ya sustentan las cifras, es la cultura (o incultura) tributaria del tico. Bastó que la Fiscalía solicitara prisión preventiva para altos exfuncionarios públicos para que más de uno pensara dos veces si seguía evadiendo impuestos.
La recaudación por concepto de impuesto sobre la renta alcanzó una cifra récord a diciembre de ¢270.000 millones. En términos reales este monto supera aún lo recaudado por el fisco en los 12 meses terminados en marzo del 2004, ¢265.000 millones, período que reflejó el impacto completo de la Ley de contingencia fiscal . Tras expirar dicha ley, el promedio móvil de 12 meses en la recaudación de renta empezó a disminuir. En julio había descendido ¢9.000 millones. Sin embargo, al mes siguiente empezó a recuperarse. Un juez ordenó prisión preventiva al expresidente de la CCSS el 9 de setiembre. Para diciembre, la recaudación había aumentado en un 4,9% de su nivel de julio.
La cultura tributaria, aun la de los ticos, puede modificarse en poco tiempo. Los cambios en el código tributario que introdujo la Ley de simplificación (aumento del riesgo, intereses por mora e implantación del delito fiscal) generaron casi ¢20.000 millones. El aumento en la recaudación de ¢8.000 millones en el último mes también muestra el efecto que una sensación de menor impunidad tiene en los contribuyentes.
La Dirección Nacional de Tributos (DNT), incluida en la reforma fiscal, complementaría las medidas existentes orientadas a cambiar la cultura tributaria. El impacto que esta medida tendría en la recaudación se ha cuantificado muy conservadoramente. La DNT integraría aduanas y tributación, establecería la carrera tributaria y, en general, profesionalizaría la administración de impuestos. Si algo de la reforma fiscal debe aprobar el Congreso es este cambio en la administración de tributos.