A pocos días de la segunda ronda electoral, lo único que parece claro es que todavía no hay claridad sobre quién será el próximo presidente de Costa Rica.
La más reciente encuesta del Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) de la Universidad de Costa Rica presagia un cierre de photo finish de la campaña.
Pero más allá del empate técnico que mantienen José María Figueres y Rodrigo Chaves, dicho sondeo arroja un resultado muy preocupante para ambos candidatos.
Resulta que un 30% de los encuestados no logró señalar ningún aspecto positivo de Chaves y un 24% tampoco pudo hacerlo en el caso de Figueres.
Este dato es una muestra más de los pecados cometidos por los comandos, durante todo el proceso electoral, en su fallido intento por promover los atestados de los aspirantes.
La gran pregunta que debe revolotear ahora por la cabeza de los estrategas es qué hacer, en tan poco tiempo, para convencer a ese 16% que está indeciso.
Considero que los candidatos deberían enfocarse en tratar de convencer al electorado de que tienen los atestados y las ideas requeridas para gobernar en este crucial momento.
Sin embargo, por lo visto en los debates más recientes, tal parece que el cierre de la campaña se va a caracterizar por un feroz intercambio de ataques y reproches.
El problema no es que los aspirantes utilicen la tribuna mediática para cuestionar a su contrincante. El problema es cuando la sorna y las poses para la gradería se convierten en el centro de la discusión.
Y, en medio del circo, los problemas de fondo quedan relegados a un plano irrelevante y se pierde una valiosa oportunidad de contrastar propuestas y visiones sobre el futuro inmediato.
La próxima semana será decisiva. Hay estudios que indican que una buena parte de los electores indecisos definen su voto, prácticamente, al frente de la urna.
Para tomar su decisión in extremis, es posible que ese votante se base en la información de última hora que obtenga de la prensa, los debates, las redes sociales y las amistades. Ojalá pesen más las ideas que los triquitraques.