Cuando las cosas sirven al vivir del hombre e impera la justicia social, el mundo se vacía de odios, divisiones y rencillas. Una vía que seguir, consecuentemente, es separar de lo político lo religioso porque esta mala mezcla atenta contra la democracia, la libertad, el Estado de derecho y la paz social. Por tanto, busquemos un clima humano no sustentable en ideologías políticas, sino en el amor, la comprensión, la justicia social y la unión.
Al igual, la libertad personal responsable, el respeto mutuo, la solidaridad y el servicio. Este comportamiento facilita lograr un ambiente social de concordia y paz.
Tal comportamiento, poco a poco, se irá incorporando a la memoria colectiva del costarricense y se lograría el sentido práctico de la vida. Al respecto, afirma Immanuel Kant en su Filosofía de la historia lo siguiente: “Lo que es verdadero en teoría para nada sirve en la práctica”. ¿Y qué es la “práctica”? Es la vida de todos los días: el trabajo de la casa, en el campo, la oficina, el taller, la fábrica, en la academia, el quirófano o en el medio de comunicación.
No es la religión ni la política, como aconteció recientemente, lo que debe engarzarse o amalgamarse, sino dos realidades: la humana y la espiritual. Por lo mismo, busquemos sin cansancio, y con afán de encontrar, los principios y valores en las rutas perdidas y en las rutas abandonadas, con el fin de enriquecer la vida.
El autor es abogado.