Desde su fundación, en octubre de 1946, La Nación ha distinguido en numerosas ocasiones a la figura del personaje del año, aunque no siempre bajo un mismo método. En etapas recientes, por ejemplo, no era uno sino varios –una veintena– los rostros que cada diciembre aparecían retratados como los protagonistas informativos de los once meses previos. Era una selección guiada, ante todo, por el peso de los titulares y su influencia en el devenir del país.
Así desfilaron por las páginas de la Revista Dominical nombres provenientes de los más diversos ámbitos: presidentes y futbolistas, sindicalistas y escritores, médicos, ministros, empresarios, entrenadores, diputados… No todos estaban siempre dispuestos a conceder una entrevista o a someterse al retrato de un perfil periodístico, pero todos compartían una condición: haber sido protagonistas de hechos relevantes consignados en el anuario nacional.
Durante la pandemia y en los meses inmediatamente posteriores, el periódico hizo una pausa en esta tradición. Las semblanzas y entrevistas decembrinas dejaron de publicarse. Este año, sin embargo, decidimos retomar el especial bajo un formato que ya había existido en un pasado algo más lejano: la elección de un solo personaje del año. No fue un simple regreso, sino una revisión del criterio. Partimos de una lista final de figuras altamente noticiosas, cuyo actuar, además, dialogara con los valores fundacionales de este medio: el progreso del país, la defensa y preservación de la democracia, la lucha contra la corrupción, la ampliación de las libertades.
Con esa lista acotada, procedimos a una votación interna. El resultado fue la elección de una figura colectiva y, a la vez, profundamente humana: el agente del Organismo de Investigación Judicial (OIJ). El hombre y la mujer de carne y hueso detrás de los allanamientos, de las pesquisas forenses, del combate al narcotráfico, de la búsqueda de personas desaparecidas.
El reportaje central de nuestra Revista Dominical, firmado por Sofía Sánchez y Róger Bolaños, permite asomarse a la personalidad, las dudas, las emociones, los deseos y las motivaciones de estos costarricenses anónimos. Una labor patriótica que cobró especial relieve en un año marcado por el agravamiento de la crisis de inseguridad, el aumento de los homicidios, allanamientos históricos y el asesinato, mediante sicariato, de un suboficial del OIJ –Geiner Zamora–, el primero de este tipo registrado en el país y a cuya memoria dedicamos la portada.
Basta llegar a la última línea del texto para entender por qué estos ciudadanos merecen, hoy más que nunca, nuestra enorme gratitud.
7 de febrero de 2025. Funeral del oficial del OIJ, Geiner Zamora Hidalgo, en Guápiles (Limón). Foto: Alonso Tenorio (Alonso Tenorio/Atenorio)
Periodista. Director de La Nación. Antes fue director de El Financiero de Costa Rica y editor en La Prensa de Nicaragua. También fue consultor para Latinoamérica de Solutions Journalism Network (SJN). Ha sido jurado de los premios internacionales de periodismo Gabo, Roche y GDA. Especializado en periodismo de soluciones, reportajes y análisis.
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