Agradezco a mis padres, cuya ausencia siempre resulta muy sensible en estas fechas, e igualmente a mis abuelos, porque ambos me enseñaron cómo la Navidad es la época más bella del año, pues permite sacar lo mejor de cada persona y, sobre todo, es tiempo para dar y recibir mucho amor.
En términos electorales, agradezco la maravillosa idea de crear una tregua en diciembre, lo que permite a las familias dejar de lado la campaña política, sobre todo en momentos en que, dolorosamente, es evidente la pérdida de la educación, el irrespeto en los mensajes y los muy lamentables discursos de odio.
Espero que estos días de paz hagan recapacitar a muchos sobre el riesgo que implica perder paulatinamente la Costa Rica que nos permitía convivir en paz, pese a las discrepancias y los diversos puntos de vista.
Para cada quien, lo más lindo puede ser el ambiente, las comidas, los regalos o las celebraciones. Todo es válido. Yo, lo que más valoro es la acción de dar apoyo y cariño a aquellos que más lo necesitan y, desde luego, compartir con esas personas especiales que nos han acompañado en las buenas y las no tan buenas. Además, valoro que sea tiempo para celebrar en familia, el tesoro más preciado que podemos tener y que, muchas veces, por las responsabilidades del trabajo o por tontas diferencias, no le damos la atención que merece.
Un lugar muy especial le reservo a mi madre, a quien con gran dolor perdimos hace varios años, justamente a pocos días de la Navidad. Esta época fue, a lo largo de su vida, una celebración mágica. Lo recordamos sus hijos y a los nietos les repetimos los platillos heredados de sus raíces y tradiciones españolas, los que no pueden faltar en las cenas.
A todos mis queridos lectores, incluso a los críticos, les agradezco acompañarme y honrarme con su lectura a lo largo del año. Con palabras que vienen del corazón, les deseo que, junto a sus familias, disfruten de estas fechas especiales y se cuiden del exceso de licor y de la inseguridad, que desdichadamente recrudece en estas fiestas. Hagamos juntos un llamado para volver a construir un país unido, solidario, sin odios. Ese es el país que debemos amar. Felices fiestas.
nmarin@alvarezymarin.com
Nuria Marín Raventós es politóloga.
