Con el nacimiento de Max y un poderoso mensaje titulado “Carta a nuestra hija”, Mark Zuckerberg, fundador de Facebook, y su esposa, la doctora y educadora Priscilla Chan, anuncian el lanzamiento de la Iniciativa Chan Zuckerberg.
En ella prometen destinar el 99% de las acciones de Facebook, que equivalen a $45.000 millones, a construir un mundo mejor para las generaciones venideras. La filosofía detrás de esta decisión es una nueva visión de filantropía y de acción, de la cual tenemos mucho que aprender.
El vehículo no es la típica fundación, sino una compañía de responsabilidad limitada, lo que le permitiría realizar tanto activismo en favor de causas como inversiones lucrativas que se alineen con estas.
Dos son los objetivos y misión de la iniciativa: potenciar el desarrollo humano y promover la igualdad, para lo cual advierten que, para obtener resultados significativos y sostenibles, deberá cambiarse el abordaje de los problemas tomando en cuenta lo siguiente:
Debe invertirse con visión de 25, 50 o incluso 100 años, pues los retos más relevantes demandan soluciones con un horizonte a más largo plazo. Ejemplos en Costa Rica: la decisión de don Pepe Figueres de abolir el ejército y dedicar los recursos a inversión social, o la fundación de la CCSS.
Quienes sirven, deben mantener un trabajo directo con la gente para comprender sus necesidades, deseos y crear soluciones pertinentes y eficaces. Sabio llamado a los líderes del mundo. Se debe crear tecnología que promueva cambios significativos, sin perder de vista que el verdadero progreso se produce por medio de la innovación que mejora la productividad, claro norte para la asignación de recursos en desarrollo e investigación.
Hay que apoyar a los mejores en cada área, hacer alianzas con los expertos es más eficaz que realizar los proyectos con menor expertise, llamado sin duda a potenciar la meritocracia.
Por último, y que a mi criterio toca una fibra nacional ante la resistencia al cambio, en una cultura que sataniza el error y nos condena a un seguro pero estancado statu quo: deben asumirse riesgos para aprender las lecciones del futuro.
Nuevos abordajes y la búsqueda de nuevas soluciones significan irremediablemente que se cometan errores, lo cual es parte del proceso natural de aprendizaje; sin embargo, cuando esto suceda hay que estar atentos, aprender y que estas lecciones sirvan para mejorar en el futuro. Cuando pensemos así, avanzaremos.
Nuria Marín Raventós es licenciada en derecho por la Universidad de Costa Rica y máster en artes liberales por Harvard University. Es cofundadora y vicepresidenta del grupo empresarial Álvarez y Marín Corporación.