Columnistas

La crisis de la IA occidental es real

Que un modelo chino potente e innovador alcance una paridad con los productos estadounidenses no debería sorprender; es el resultado previsible de un gran fracaso de la política estadounidense y occidental

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San Francisco. El lanzamiento del modelo chino de grandes lenguajes DeepSeek-R1, con sus impresionantes capacidades y su bajo costo de desarrollo, conmocionó los mercados financieros y dio pie a que se hablara de un “momento Sputnik” en la inteligencia artificial (IA). Pero que un modelo chino potente e innovador alcance una paridad con los productos estadounidenses no debería sorprender. Es el resultado previsible de un gran fracaso de la política estadounidense y occidental, del que la propia industria de la IA tiene gran parte de culpa.








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