Columnistas

Guerra de Irak: un delito sin castigo

La guerra para derrocar a Sadam fue sin duda alguna un error trágico.

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PRINCETON – El mes pasado, en conmemoración del 15.º aniversario de la guerra de Irak, el New York Times publicó una conmovedora columna de Sinan Antoon, un novelista iraquí que vive en Estados Unidos, titulada “Hace quince años, Estados Unidos destruyó mi país”. Antoon se opuso tanto a la brutal dictadura de Sadam Huseín cuanto a la invasión liderada por Estados Unidos en el 2003, que hundió el país en el caos, avivó las tensiones étnicas y causó la muerte de cientos de miles de civiles. Al desestabilizar la región, la guerra hizo posible el ascenso del Estado Islámico (EI), que en su momento cumbre llegó a ocupar una porción considerable del territorio iraquí, que usó como base para decapitar adversarios, intentar un genocidio contra la minoría yazidí y difundir el terrorismo en todo el mundo.








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