Los astrólogos se me cayeron de la moto. Luego de una exhaustiva investigación documental por las páginas de La Teja, Diario Extra y revistas como Variedades y ¡Hola! de fin y principio de año, caí en cuenta de que ninguno predijo la pandemia. Ni el finado Walter Mercado la vio venir: se limitó a decir que el 2020 sería un “año fuerte, emotivo e impactante para todos”, una mera generalidad (El Nuevo Herald, 26/12/2019).
Ni que hablar de las celebridades locales: se la “pelaron” también. Una señaló que sería un año crítico, pero no dijo por qué; otra, que sería un “año severo”. Así, hasta yo. La verdad es que extraño a Madame Gandahara, seguro que ella lo habría olfateado todo.
Podemos, entonces, dar el parte oficial: nos han fallado el Año Nuevo chino y la conjunción de los astros. Y, ni modo, me he quedado sin saber la suerte que correremos los más de 630 millones de virgo en el mundo. Seguro que un premio de la lotería estaba aguardando por nosotros. La moraleja de esta historia no es, como podría colegirse, que la astrología quedó en evidencia por bateadora. Pero ¿es que alguna vez argumentó ser ciencia? Otra cosa es que muchos lo crean así, pero ahí que cada palo aguante su vela.
La moraleja es otra: ninguna ciencia humana fue mejor que la astrología a la hora de prever, ya no la pandemia, un evento discreto, sino la manera como ella desnudaría la fragilidad de la vida económica, social y política en el planeta. ¡Quién diría que, en un momento dado, casi el 80 % de la humanidad estaría en confinamiento físico!
Ninguna teoría económica, social o política dominante incorporó el elemento pandemia dentro de sus hipótesis. Exceptúo de este juicio a la epidemiología y las disciplinas de salud pública, que en las últimas décadas desarrollaron modelos complejos para estimar la gravedad de este tipo de fenómenos. Lo que pasa es que eran vistos como aves de mal agüero, como aquellos que gritaban “viene el lobo” y resulta que este nunca aparecía y se iba de parranda.
Resiliencia, primera acepción: “Capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos” (www.rae.es). De ahora en adelante, nuestra estrategia de desarrollo tendrá que incorporar este tema como preocupación central. Así, la próxima vez que fallen los astrólogos tendremos planes de contingencia económica y social.
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El autor es sociólogo.