La expresión “barrer debajo de la alfombra” puede entenderse de varias maneras. La primera es literal y concreta: barrer apresuradamente la suciedad y colocarla debajo de un tapete cuando las visitas tocan el timbre, sin tiempo para más por no tener listas las cosas (“Varguitas: ¡Vaya aclaración!”).
Un segundo y más interesante significado es el metafórico: cuando nos referimos al acto de “esconder un problema o colocarlo fuera de vista sin hacer nada para resolverlo, puesto que, normalmente, lo escondido va empeorando”.
Habría una tercera acepción, emparentada con la anterior, pero con un énfasis en la consecuencia: agarrar de chancho a los demás. Traducido al habla popular: “Tramar a un mae luego de habernos jalado una torta”. Y, estirando un poquito las cosas, podríamos pensar en el autoengaño: abrazar a toda costa una apariencia de normalidad.
Luego de estas disquisiciones y florituras, voy al punto de hoy. Resulta que en el 2018 ocurrió un milagro en Costa Rica: todos los estudiantes de secundaria pasaron el año, pese a una huelga de tres meses que mandó al canasto los procesos de enseñanza y aprendizaje. ¡Solo seis personas se quedaron, entre más de trescientos cincuenta mil! Récord mundial, sin duda.
Algún gracioso diría que, si así son las cosas, deberíamos tener huelgas largas durante cinco años seguidos para asegurar que todo el que entra a primer año del cole salga puntualmente de quinto. Lograríamos la universalización de la educación secundaria por métodos poco ortodoxos, pero muy astutos.
La pregunta obligada es: ¿Qué estamos viendo en esta noticia: el desarrollo de un plan remedial o un mero pasar la página? Aceptemos que las autoridades educativas tenían que resolver un problema sin perjudicar al estudiantado, que vio lesionado su derecho a la educación. No habría autoengaño si, hoy día, los docentes estuvieran recuperando el tiempo perdido a marchas forzadas, con base en trabajo gratuito y extraordinario.
¿Lo están? Tengo mis sospechas de que el 2019 se ha tomado como un año normal, que para muchos en el sistema educativo lo pasado es pasado y ahora el asunto es seguir con más de lo mismo. Cochina sospecha.
Ahí fue cuando me puse a pensar sobre la acepción de “barrer bajo la alfombra” que mejor describe esta situación. Pienso en la del autoengaño, a la que tan poco mérito había concedido.
El autor es sociólogo.