Columnistas

El peor apagón es de la educación

Las principales víctimas son los estudiantes, sobre todo de escasos recursos, sumergidos en penumbras cognitivas y hasta emocionales difíciles de remontar

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El alarmante «apagón educativo» que revela el octavo informe Estado de la Educación no es solo, ni tanto, producto de tormentas devastadoras (las huelgas) o fallas prolongadas de generación (covid-19). Sus razones son más hondas y acumulativas. Tienen que ver con el sistema: sus componentes, estructuras, procesos, dinámicas, actitudes y conexiones. Como la tendencia generalizada —aunque con excepciones calificadas— ha sido hacia las rigideces, rutinas, entropías y disfuncionalidades, el impacto de los eventos extremos fue demoledor. El quiebre quedó al desnudo.








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