No hace falta ser adivino para percatarse de la indiferencia e incredulidad con que las generaciones jóvenes miran a la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
El temor de llegar a la edad del retiro sin la certeza de si van a recibir una pensión digna constituye, según mi criterio, una de las principales razones de ese distanciamiento.
También, incide el hecho de que muchos no cuentan con un trabajo formal o bien remunerado para hacer frente al pago de las cuotas a la seguridad social.
No faltará quienes vean la jubilación como algo muy lejano, o se sientan disconformes con los servicios de salud que brinda la CCSS.
Lo cierto es que la actitud de muchos jóvenes respecto al aseguramiento y el régimen de pensiones del IVM representa una amenaza para la institución.
No se trata de un fenómeno nuevo; las señales se manifiestan desde mucho antes de la pandemia de la covid-19.
Según la encuesta continua de empleo del 2015, el 38,9% de los jóvenes de entre 15 y 34 años no cotizaban al Régimen de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM).
El dato era preocupante porque significa que más de una tercera parte de la población económicamente activa no ahorraba para los años dorados.
Tres años después, el porcentaje subió a un 42,3%, o sea, 394.000 personas corrían el riesgo de carecer de una pensión.
Frente a este panorama, no es de extrañar que el nuevo presidente de la CCSS, Álvaro Ramos, haga un guiño a los adultos jóvenes.
En entrevista con La Nación, Ramos admitió que cada vez más gente de esa generación expresa desesperanza con respecto a los servicios que brinda la institución.
Por ello, sin ningún disimulo, el jerarca aseguró que su misión será recuperar la confianza en la Caja y convencer a los costarricenses de que vale la pena cotizar para el seguro de salud y la pensión.
Menuda tarea aguarda al presidente ejecutivo en momentos en que persisten las dudas sobre la solvencia financiera de los regímenes de la entidad y las listas de espera son de nunca acabar.
Lo primero que se requiere son mejoras tangibles en la atención de los pacientes. Calidad, oportunidad y buen trato son condiciones indispensables para ganar credibilidad entre los usuarios.
También se deben dar garantías reales de que dentro de 30 años los jubilados recibirán un monto justo para sobrevivir. De otra modo, el guiño se convertirá en una mala mueca.
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La calidad de la atención de los pacientes es uno de los aspectos en que debe enfocarse la CCSS. Foto: (Cortesía CCSS)