Los golpes del martillo dieron en el clavo en los primeros meses de pandemia, pero a estas alturas el martilleo perdió fuerza. Por más cierres de restaurantes, bares, sodas, discotecas, tiendas, cines y gimnasios, los casos y muertes por covid-19 son imparables.
La estrategia tuvo buen resultado de marzo a junio. En esos cuatro meses, el Ministerio de Salud reportó 3.500 infectados y 16 muertes. Pero en julio los números volaron. Solo en ese mes 14.000 se contagiaron y 134 fallecieron. Y, en estos primeros 19 días de agosto, van 12.000 y 167, respectivamente.
Sin duda, el gobierno debe reformular el plan porque el #quédeseencasa chocó con muro. Es más, en estos cinco meses y medio no logró comprobar si el cierre a rajatabla del comercio es eficaz ni cuánto aporta la restricción vehicular. Todas son hipótesis.
Lo evidente es que la paralización económica de casi medio año no da para más porque los ciudadanos no creen en su eficacia. No da para más porque en miles de hogares se sufre el desempleo y la escasez de dinero; porque el bono proteger se quedó corto para proteger.
Es momento de volver al inicio. El propósito de la estrategia era disminuir la velocidad de contagios y aplanar la curva.
Para recomenzar, entonces, es necesario convencer al ciudadano de que lo esencial es su cuidado personal. Es cumplir las medidas básicas: no tocarse boca, nariz y ojos, lavarse las manos con frecuencia, usar gel, mantener distancia de 1,8 metros, evitar aglomeraciones y usar mascarillas en sitios cerrados, buses o taxis, y hasta en reuniones con familia y amigos.
Pero, además, está la tecnología. La disminución de contagiados se lograría si se detectan las personas que tuvieron contacto con infectados. Para eso está el EDUS. Lo censurable es que por intereses particulares y políticos, el gobierno y la CCSS desperdician la herramienta. Imperdonable.
Con medio año de pandemia y múltiples ensayos de medidas, es momento de que los estrategas gubernamentales se asesoren, den un viraje y se enfoquen en la gente, en restricciones puntuales, inteligentes, con medición de resultados y uso de tecnología. La economía del país no está para más experimentos a rajatabla.
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