Con total descaro, en plena pandemia y en un empeoramiento de la crisis económica, los diputados nutren su campaña electoral.
Están en fiesta de favorcitos a sectores para ganar votos de cara a las elecciones del 6 de febrero del 2022. Solo faltan 556 días y 18 meses, y los vivazos lo saben.
Tienen claro que a partir de abril eligen precandidatos y candidatos presidenciales. La repartición de puestos empezó.
Por eso, se ven tan dadivosos con municipalidades, asociaciones de desarrollo, cooperativas, sindicatos y cuanto grupo sirva a sus intereses. Irresponsablemente, los diputados entraron en una etapa de pactar proyectos de ley con fines electorales.
Así, aprobaron con imprudencia y contra criterio técnico la reforma que permite a las municipalidades aumentar el gasto hasta en ¢90.000 millones. ¡Pum! La calificación de riesgo de Costa Rica se hundió. Los diputados, con la firma del presidente de la República, la hundieron.
Ahora pactaron promulgar una ley que pone a las cooperativas a dar los mismos servicios que la banca. El criterio técnico les advierte de que no lo hagan porque esa competencia es desleal: los bancos sí pagan impuestos, las cooperativas están exoneradas.
La alerta está clarísima. Causarán disparidad en el mercado financiero. Oídos sordos, porque importan más sus amigos.
En tiempo de pandemia, desempleo, pobreza y cierre de negocios nunca antes vistos en los últimos 40 años, y con una “hecatombe socieconómica” anunciada por los economistas, esos proyectos de ley de partidos políticos, para contentar a sectores y amigos, no se valen.
Sí se justifican reformas estructurales. Aprueben la reforma de empleo público. Eliminen o pongan tope a 1.300 exoneraciones de impuestos (de por vida), como las que gozan grandes cooperativas. Cierren instituciones que no aportan nada a los ciudadanos y fusionen muchas de las 330 entidades para adelgazar el elefante blanco que tenemos por Estado.
Piensen en los ciudadanos, en ajustes de fondo que garanticen la estabilidad financiera de Costa Rica. Legislen limpiamente, con transparencia. Voten con ética. Tengan algo de pena. Cierren la hora de complacencias electorales y trabajen por el país.
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