Columnistas

¡Bienvenido el olvido!

El cambio climático y la agobiada democracia forman parte de los problemas contemporáneos que preferimos olvidar

EscucharEscuchar

Blaise Pascal entendió la esencia existencial de la distracción. Encontró tan angustiosa la condición humana que cavilar sobre ella duele. Los problemas trascendentales llegan con congoja tan inherente a ellos, como insoportable al alma. De ahí la necesidad apremiante de sumergirse en el mar de los olvidos. La inmensidad del entretenimiento nos sostiene en la zozobra de la impotencia cotidiana. Por eso, Pascal decía que nada era más triste que querer y no poder.








En beneficio de la transparencia y para evitar distorsiones del debate público por medios informáticos o aprovechando el anonimato, la sección de comentarios está reservada para nuestros suscriptores para comentar sobre el contenido de los artículos, no sobre los autores. El nombre completo y número de cédula del suscriptor aparecerá automáticamente con el comentario.