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¡Bienvenida, alegría!

Con todos nuestros tormentos, Costa Rica no es ingrata

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Dulces fantasías asaltan nuestras calendas. Es la convención occidental de un año que comienza. De alguna mágica manera, abrazamos un ángel nuevo y dejamos atrás nuestros demonios. Año nuevo y somos todo propósitos, todo promesas de renovación y dieta, posiblemente, todo autoengaño. Pero soñar no tiene precio.








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