Por invitación de la comisión ambiental de la Municipalidad de Naranjo, asistí a la discusión de los resultados de un diagnóstico ambiental de la zona protectora El Chayote, distrito de Lourdes, cantón de Naranjo. Esta zona protectora es uno de los pocos lugares donde se observan decenas de aves, entre ellas el quetzal, y allí nacen los ríos Barranca, Grande, Espino y Colorado, arterias naturales que actualmente dan agua a Naranjo, Palmares, San Ramón, Barranca, Esparza e inclusive Puntarenas.
Esperaba encontrarme con colegas que trabajan en consultorías ambientales o con un panel de nuevos biólogos que encuentran oportunidades laborales en los diagnósticos y estudios de impacto ambiental. Para mi sorpresa, el grupo que exponía eran 15 colegiales del sector. Magistralmente dirigidos por la ingeniera forestal Mónica Masís, cada uno de ellos aportó, discutió y recomendó información para el diagnóstico final.
Sin ningún complejo, con la propiedad que otorga heredar, nacer y conocer la zona, se lanzaron a priorizar los problemas y causas que amenazan este reducto de vida y reconocieron que el cáncer de El Chayote se origina en la galopante deforestación, en la contaminación de las nacientes y en el deterioro de sus suelos. Como en cualquier otro foro de expertos, estos muchachos hablaron del bosque primario y secundario, de la sinergia que produce la contaminación aguas abajo, de la pérdida de biodiversidad y de la reducción del valor escénico y paisajístico. Sin embargo, como si fuera poco, concluyeron la reunión con una estrategia que incluía un programa de reforestación de las nacientes. Me sentí profundamente orgulloso de que estos jóvenes mostraran una verdadera preocupación por ese Chayote que los vio nacer.
Este tipo de grupos juveniles ambientalistas merece ser apoyado, son jóvenes con interés genuino por conservar la riqueza natural de su entorno. Cuánto ganaría la sociedad costarricense si se estimulara la formación de estos grupos. Si alguna persona está interesada en saber más sobre esta y otras iniciativas ambientales que se llevan a cabo en Naranjo, puede contactar a la bióloga Xenia Lozano (451-5858, ext. 16), coordinadora de la oficina ambiental de la Municipalidad.