Cartas

Tres dependientes y el peor servicio al cliente

En la tienda Importadora Monge de Lincoln Plaza, la atención del personal ahuyenta cualquier intención de compra

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A las grandes cadenas de tiendas se les ha salido de las manos el control del servicio al cliente. Visité la tienda Importadora Monge en Lincoln Plaza, donde había tres personas en labores. Al ingresar, un joven estaba ensimismado en sus redes sociales en el teléfono y no me atendió. Las otras dos personas estaban tras mostrador y ninguna se tomó la molestia de preguntarme en qué podía ayudar. Cuando solicité atención a la mujer del mostrador, esta le dijo al primer muchacho que me ayudara. Este se acercó con el mínimo interés; supongo que la interrupción no le gustó. Cuando verificó el precio del producto, le comenté que en San José me habían ofrecido un mejor precio y me dijo: “Pues vaya a San José”. Gracias por el excelente servicio.








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