Cartas

Muchas ciudades ya utilizan el paisaje como terapia

Ya se habla de ‘baños de bosque’ para quienes se declaran cansados del trajín urbano

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Se ha dicho que el paisaje es un estado del alma; no solo un objeto visual, sino además un sentimiento, una fuente de emociones, al igual que la música, el baile, la poesía y la pintura. Abarca un espacio sin límites que puede comprender desde una rosa en un jardín, un bosque, las nubes, la niebla, el atardecer, la aurora, hasta el flujo y reflujo de las olas del mar con su blanca espuma. La contemplación de un paisaje puede evocar misterio, nostalgia, alegría, espiritualidad, y su relajante silencio invita a la meditación. Es, en síntesis, una fuente permanente de bienestar, salud y felicidad.








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