No se puede estar a favor de quienes están en contra y, al mismo tiempo, en contra de quienes están a favor. Aunque suene casi risible, esta es una actitud política real y peligrosamente extendida. Es una forma de incoherencia que no produce un resultado neutro, sino uno negativo, porque debilita las barreras que protegen el orden democrático y la convivencia institucional.
Cuando, por cálculo, resentimiento o falsa tolerancia, se permite la entrada de fuerzas que buscan socavar las reglas del sistema, se abre una grieta que termina perjudicando a todos. A veces se hace bajo el argumento del “equilibrio” o del “contrapeso” frente a decisiones con las que no se está de acuerdo; otras veces, bajo la bandera de la libertad de expresión o del pluralismo. Pero el resultado es el mismo: se legitima a quienes no creen en las reglas del juego.
La fábula de la rana y el escorpión lo ilustra con claridad. La rana acepta llevar al escorpión sobre su espalda para cruzar el río, confiando en su promesa de no atacarla. En medio del trayecto, el escorpión la pica. Cuando la rana, ya condenada, le pregunta por qué lo hizo, él responde: “Es mi naturaleza”. La lección es evidente: no se puede confiar en quien por definición actúa contra ti, aunque prometa lo contrario.
Esto no es una discusión abstracta sobre democracia o derechos. Es una cuestión de prudencia política y responsabilidad cívica. Tolerar activamente a quienes quieren destruir el marco institucional no es virtud: es ingenuidad. Y la ingenuidad, en política, suele pagarse caro.
Defender la democracia no es permitir que se la socave desde dentro. Es establecer límites claros. Es ejercer una verdadera “tolerancia cero” frente a quienes buscan aprovecharse de la apertura para imponer proyectos autoritarios, excluyentes o destructivos.
Rodolfo Acón Ho, Curridabat
La pobre señora de Purral
Resulta que, al cabo de casi cuatro años, la señora de Purral pide un servicio de transporte privado y le dice al chofer que siga “la ruta del arroz”. El chofer le dice que Waze no la tiene registrada. Entonces, le pide que siga “la ruta de la educación” y tampoco existe.
Su vida es de completa tristeza existencial. Ha hecho una espera de cuatro años para ser operada en la Caja y nada todavía; a un primo suyo se lo mataron unos sicarios por error, y el nieto, que ya salió de sexto grado, debe repetir primer año de colegio porque no tenía los conocimientos básicos. Ella depende de una pensión cuyo monto está congelado desde hace muchos años. Y es cuando dice: “Dios mío, ¿qué hago ahora?“.
Eduardo Cambronero Vargas, Goicoechea
Pedimos disculpas
En respuesta al comentario del señor Mario Alberto Romero Orozco (Cartas a la columna 23/12/2025), Masxmenos reafirma que el respeto hacia todas las personas es un valor fundamental de nuestra compañía. Por ello, pedimos disculpas al señor Romero por la situación vivida y agradecemos su denuncia, la cual nos ayuda a mejorar nuestros procedimientos.
Mónica Elizondo, especialista de Asuntos Corporativos Masxmenos
Respeto a la dignidad humana
El 23 de diciembre, a eso de las 10:25 a. m., mi madre pasó por una tienda de lencería en Guápiles y de pronto vio cuando una de las encargadas del local le tiraba baldazos de agua a un habitante de calle que se encontraba durmiendo en las afueras del local. Varios testigos vieron este hecho; algunos increparon a la mujer, pero la mayoría solo apartó la vista.
Personal de Fuerza Pública intervino cuando el hombre reaccionó con violencia y empezó a lanzarle piedras al negocio.
Pero, ¿dónde quedan la empatía y el respeto a la dignidad humana? Ni siquiera a un animal se trata así. Más allá de la condenable reacción del hombre, no se debe deshumanizar al habitante de calle. La vida da muchos giros y es necesario mostrarse solidario ante situaciones injustas.
Juan Pablo Colindres Gaitán, Guápiles, Pococí
Ebáis de San Miguel de Desamparados
Me cuesta comprender el discurso contradictorio de la CCSS. Por un lado, insta a los adultos mayores y pacientes con enfermedades crónicas a adherirse a sus tratamientos y a tomarlos con puntualidad y, por otro, limita el acceso a los fármacos.
El 23 de diciembre, presenté –como de costumbre– mi receta en la sede del Ebáis de San Miguel de Desamparados para su despacho habitual (soy paciente con enfermedades crónicas y antecedentes de cirugía cardíaca). Sin embargo, se me indicó que la entrega de los medicamentos sería el 6 de enero de 2026, según dijeron, por “indicación de la jefatura de Farmacia de la sede de San Rafael Abajo de Desamparados”.
¿Cómo es posible que los pacientes, especialmente, los que pertenecemos a los llamados “grupos vulnerables”, debamos esperar tantos días para que se nos despachen las medicinas?
¿Cuál es la razón de la tardanza en la entrega, si la CCSS indicó que trabajaría en horario ordinario, excepto los días 25 de diciembre y 1.° de enero?
Didier Castro Durán, Desamparados
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