Un proyecto de gran alcance que intenta lograr la sustentabilidad económica y del ambiente se gesta en Centroamérica. Los gobiernos de la región, las organizaciones internacionales, las no gubernamentales y la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) contribuyen a este plan.
Durante millones de años, Mesoamérica ha sido el puente terrestre que comunica Norteamérica con Sudamérica. La flora y la fauna se han desplazado por el istmo durante miles de años, de ahí la enorme biodiversidad de los muchos y distintos ecosistemas de su variado paisaje.
Los arrecifes de coral, los prados, los bosques tropicales de las tierras húmedas, los bosques de las montañas, las sabanas y pinares son solo algunas de las regiones ecológicas que los biogeógrafos han identificado en esta región, que abarca cinco estados del sur de México y los países centroamericanos.
Miseria humana. Estas tierras son, también, sede de poblaciones humanas que han sufrido más que su justa parte de miserias. Hoy, solo permanece en pie el 10 por ciento de los principales bosques de la región. La mayoría se ha convertido en fincas o ha sido reemplazada por plantíos de árboles. Casi un 60 por ciento de las áreas protegidas existentes y propuestas de la región tienen menos de 10.000 hectáreas y, por su reducido tamaño, impiden que una especie animal mantenga su población frente a los cambios ecológicos.
El tamaño y el ritmo de la pérdida y la fragmentación del hábitat en una de las zonas más biológicamente ricas de la tierra ha hecho que los conservacionistas consideren a Mesoamérica como un "lugar en situación crítica". Los gobiernos de la región, las naciones donantes y los grupos de conservación nacionales e internacionales responden a estas perjudiciales tendencias con una variedad de iniciativas y un criterio integrado.
Entre los programas más notables y de mayor alcance figura el Corredor Biológico Mesoamericano (CBM), iniciativa de toda la región que tiene como fin conservar la diversidad biológica y los ecosistemas de manera que se fomente el desarrollo social y económico sostenible.
Criterio común. Son muchas e importantes las cuestiones que todavía preocupan a las partes interesadas en el futuro del CBM en la zona. Su éxito dependerá de que toda la región apoye una visión compartida de sus objetivos y funciones; una visión que reconozca los diversos requerimientos y que determine un criterio común para todos los actores regionales, a fin de lograr el desarrollo ambiental y social, económicamente sostenible. La capacidad de ganarse la confianza y la fe de las diferentes partes interesadas determinará la suerte del CBM.
Esta suerte también depende de la disposición de los gobiernos, de la sociedad civil y del sector privado de asumir una parte más activa y responsable, de su capacidad de solucionar los conflictos que ahora existen sobre derechos de propiedad y tenencia de tierras.
El CBM se encuentra ahora en la disyuntiva de quedarse en la teoría o pasar a la práctica. Su visión no se podrá lograr hasta que la mayoría de los pueblos de la región comprendan el propósito del CBM y se comprometan con sus metas y objetivos.