Recientemente el Banco Mundial (BM) dio a conocer una curiosa graduación (ranking) sobre 120 países, hecha con datos del año 2000, en los que se tomaron en cuenta además del producto interno bruto (PIB), una serie de factores tales como el capital natural con que cuenta todo país -recursos pesqueros, bosques, yacimientos mineros y energéticos, su producción-, así como lo que se conoce por "capital intangible": la suma del capital humano, la infraestructura institucional y el capital social (la confianza en el país, etc.).
Según el mencionado ranking, Argentina posee una riqueza de $139.232 por habitante -la mayor para América Latina-, seguida por Uruguay con $118.463; Brasil, $86.922; Chile $77.726; México, $61.872; Costa Rica, $61.611; Panamá, $57.663; Venezuela, $45.196; Colombia, $44.660; Perú, $39.046; El Salvador, $36.476; Paraguay, $35.600; Ecuador, $33.745; República Dominicana, $33.410; Guatemala, $30.480; Bolivia, $18.141; Nicaragua, $13.214; Honduras, $11.567, y Haití, $8.235.
Argentina sería, pues, el país con la mayor riqueza intangible en la región: $109.809 por habitante. Mientras que en el extremo opuesto está Venezuela, rica en petróleo, pero con solo $4.342 dólares por habitante, lo que contrasta con su capital natural de $27.227 dólares por persona.
El capital natural hace solo el 5% de la riqueza del mundo, la producción, el 18%, y el capital intangible, el otro 77%. Así, la riqueza promedio del ser humano global llegaría a $90.210. En particular, América Latina y el Caribe tienen una riqueza de $67.955 por persona, donde el 12% proviene de los recursos naturales, el 16%, de la producción de bienes, y un 72%, del capital intangible. Este nivel de capital intangible es el más alto en el mundo en desarrollo y está cerca del 80% de los países ricos.
Suiza lidera el ranking mundial de fortuna y Etiopía es el más pobre. Los suizos tienen una riqueza personal de $648.241 y los etíopes únicamente $1.965. El ranking de los más acaudalados lo completan Dinamarca, con $575.138; Suecia, con $513.424; Estados Unidos, con $512.612; Alemania, con $496.447; Japón, con $493.241, y Austria, con $493.080.
Ahora bien, según una consultora privada, Argentina produce $180.000 millones anuales. Con 38 millones de personas, arroja un PIB por habitante del orden de los $4.700 anuales. Corregido por el poder adquisitivo, el PIB per cápita sería de $8.600 anuales. Sin embargo, el ingreso por habitante es menor porque, por ejemplo, una parte del PIB se destina a inversión. El Gobierno calcula que el PIB per cápita es de $1.650 anuales.
Estas conclusiones del Banco Mundial (BM) sorprenden porque, si comparamos los ingresos con el capital que, se supone, tiene cada argentino, el rendimiento está muy por debajo del 5% anual. Aun en el primer trimestre del 2005, después de dos años continuados de supuesto crecimiento, el país todavía no ha llegado a recuperar los niveles de actividad de 1998, año en que empezaba la recesión.
Argentina tiene ahora el 40% de su población viviendo por debajo de la línea de pobreza. El ingreso promedio es un 30% inferior a 1998; hay 5 millones de ciudadanos pobres más que en aquel momento, y el desempleo es un 30% más alto. El trabajo en negro es, hoy por hoy, un 60% mayor que durante la década de 1990, mientras que la miseria es cuatro veces mayor y la indigencia es vergonzosa para un país que estuvo un día entre los diez más ricos del planeta.
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