Varios lectores me han llamado por teléfono para preguntarme por la receta contra el cáncer que, con gran éxito, ha popularizado en muchos lugares fray Romano Antunes y que publiqué aquí en diciembre último.
A ellos, que con insistencia me han consultado sobre la fórmula que recomienda el religioso, les digo que esta es totalmente cierta y que lamentablemente no poseo más información que la que en forma textual publiqué en ese momento.
Fray Romano, de la Orden de Frailes Menores de Brasil y catedrático del Seminario de Belén en Tierra Santa, es tenido por un padre muy serio que, a pesar de los buenos resultados de su remedio en mucha gente, se niega rotundamente a que se le vea como a alguien con poderes milagrosos.
El religioso franciscano, que basa su medicamento en miel de abeja, sábila y algo de licor, atribuye el éxito de este única y exclusivamente a los elementos de la naturaleza cuyas propiedades curativas, como en este caso, han devuelto la salud a muchas personas, entre otras a una mujer desahuciada por la medicina moderna y a una religiosa de 29 años.
A petición de varios lectores, repito la fórmula tal cual él la da: "medio kilogramo de miel pura de abeja; dos hojas grandes, o tres pequeñas, de la planta áloe vera (sábila) y tres cucharadas de coñac, whisky, tequila o aguardiente".
Recomienda quitar el polvo y las espinas de la sábila, cortarla en pequeños trozos e introducirla junto con los demás ingredientes en la batidora hasta lograr una pasta viscosa.
En cuanto a la dosis dice que "se prescribe tomar una cucharada grande tres veces al día un cuarto de hora antes de cada comida durante diez días".
Asegura que la medicina sirve para cualquier tipo de cáncer: de próstata, piel, garganta, pulmón, cerebro, leucemia...
Una señora vecina de Pavas, que quiere prevenir el cáncer debido a que su familia ha padecido siempre de ese mal, me llamó reciéntemente para contarme que, como consecuencia de ese remedio, se le brotó la piel.
Lo único que le puedo responder a ella es lo que dice el propio padre franciscano y que reproduzco textualmente: "...si después de tomar la bebida salen abscesos en la piel, es buena señal de que la sangre se está purificando", pues a su juicio "el brebaje purifica el organismo por medio de la miel, la sábila tiene un gran poder cicatrizante y el alcohol dilata los vasos sanguíneos. De este modo, la sangre se purifica lentamente en diez días".
Otro lector, cuyo hermano tiene un cáncer muy avanzado, me preguntaba si la sábila se preparaba en batidora o licuadora. En su receta el fraile habla de "batidora" pero de repente quiso decir licuadora pues la idea es producir esa mezcla viscosa.
Fray Romano, que se ha hecho famoso con esta receta por toda la región de Judea, la dio a conocer hace poco durante una visita que realizó a Zapotlán, México, y lejos de lucrar con ella, lo que quiere es que se difunda entre toda la gente y sirva para prolongar la vida de muchas personas, su principal satisfacción.