Opinión

Adopción directa como solución

Algunas medidas para reducir el tráfico de niños

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Encontrar niños para adopción en países desarrollados es casi imposible; en los del tercer mundo, abundan. La razón es simple: la pobreza extrema produce, entre otras tragedias, el abandono de miles de niños, en su mayoría no deseados por sus progenitores, quienes no pueden suministrarles los medios básicos para su desarrollo: afecto, alimentación, techo, vestido, salud, educación y sano esparcimiento. La adopción ofrece un balance entre dos hechos: la necesidad de tantos niños abandonados de tener una familia y la de las parejas estériles de tener hijos. La sociedad también se beneficia pues, en primer lugar, se les ofrece mejores condiciones de vida a multitud de menores. A la vez, se disminuye el número de niños que se convertirán en drogadictos o antisociales, y el de aquellos cuyo cuidado y manutención estarían a cargo del Estado. Lo ideal es que cada niño que nace viva en buenas condiciones junto a sus padres biológicos, mas la realidad es otra, y la adopción constituye la mejor opción. Las opciones son una vida de privaciones, la calle o la institucionalización.








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