Aunque el título de este artículo -en el que los unos y ceros corresponden a los valores en numeración binaria de los códigos ascii (utilizados por una computadora personal) de la palabra "futuro"- parece fuera de lo común, así es como las principales economías del mundo se verán dentro de unos pocos años: digitales, unos y ceros que fluyen entre kilómetros de cables y microondas que van cambiando la forma en que vivimos y pensamos.
Una nueva forma de hacer negocios avanza rápidamente, ofreciéndonos nuevos y mejores servicios sin importar las barreras geográficas y culturales. El desarrollo y la importancia que alcanzó Internet durante la década pasada es tan solo un ejemplo del ritmo al que se mueven las economías hoy.
Los negocios digitales impulsan la evolución de muchos sectores: más y mejores canales de comunicación, tarifas cada día más reducidas, mayor accesibilidad a servicios y una operación más eficiente de las instituciones públicas y privadas, por citar solo algunos.
Tecnología y oportunidades. Lamentablemente, todavía quedan algunos países latinoamericanos que parecen no creer en las maravillas de la tecnología ni en las oportunidades que el mundo digital nos ofrece. Costa Rica era uno de ellos, porque las restricciones impuestas a la participación privada en el campo de las comunicaciones no permitieron que la economía se desarrollara igual que otros países del área. Es bueno ver, por lo menos, que la legislación que nos pondrá al día ya existe.
Cerrar la brecha existente entre el nivel tecnológico de las grandes economías y un país como el nuestro es la obligación de un gobierno deseoso de que su país no sea un simple espectador del desarrollo mundial. Eliminar las restricciones a las comunicaciones y sustituir los monopolios por un ambiente más competitivo que fomente la innovación en la prestación de servicios, la reducción de tarifas y la aparición de nuevas empresas, es una responsabilidad del gobierno si está interesado en desarrollar su economía y tomar el mismo camino que los países más desarrollados.
Más caro y molesto. Aunque reconozco las limitaciones de implementar un enfoque totalmente digital de la noche a la mañana, me declaro un firme creyente de que Costa Rica puede dar grandes pasos hasta alcanzar un nivel más competitivo. Cierto es que invertir en tecnología no es nada barato, pero mantener las actuales estructuras cargadas de procesos manuales y automatizaciones parciales es más costoso y genera mayores molestias.
El gobierno, el principal prestador de servicios, es quien debe servir de ejemplo en la incorporación de nuevas tecnologías. Si además de facilitar, promueve el uso y la inversión tecnológica, estará elevando el nivel técnico del país y colaborando con el desarrollo del mercado de la información, tan rentable en otros países.
Nuestro desarrollo debe marcarlo la necesidad de competir, la oportunidad de explorar nuevos mercados y la posibilidad de ofrecer un mejor servicio, no importa el área que sea. No podemos quedarnos fuera del desarrollo mundial.
(*) Editor Nukers.com