Tres ladrones de bancos venezolanos que sembraron terror en el país durante 1993 y 1994, tras ejecutar también tres homicidios, se fugaron de la cárcel de máxima seguridad en que permanecían presos en una zona montañosa del estado de Bolívar, en Venezuela.
Esta situación motivó a las autoridades de nuestro país a alertar a todos los policías sobre el posible ingreso de estas personas, aunque -según fuentes policiales- sería difícil que regresaran debido a que aquí fue donde los detuvieron luego de múltiples asaltos mortales ocurridos tanto en Venezuela como en nuestro país.
Se trata de los hermanos Oswaldo y Luis Ojeda Martínez y de Abel Rodríguez, todos integrantes de la banda del "Capitán Avendaño", quien sí continúa en esa misma prisión, llamada El Dorado.
Estas personas fueron detenidas por el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) y deportadas a su país horas después pues el Gobierno consideró que Venezuela contaba con mejores y más seguras cárceles para este tipo de delincuentes.
Allá eran requeridos por las autoridades judiciales a raíz de gran cantidad de atracos, entre el que destaca uno a una avioneta de la empresa Transvalcar, dedicada al transporte de valores.
En esa ocasión robaron varios millones y lingotes de oro. Para ejecutar esa acción tuvieron que matar al piloto y copiloto de la aeronave y a dos vigilantes.
Tras ese hecho llegaron a Costa Rica, donde perpetraron cuatro asaltos bancarios y uno contra un carro blindado. Lograron robar cerca de ¢150.000.000.
Además, asesinaron a tres personas. Ellas fueron Rigoberto Guerrero Sánchez, Edwin Herrera Herrera (asalto al Banco de Costa Rica, el 10 de marzo de 1994 en Escazú) y Alvaro Rojas (atraco en el peaje de Naranjo, Alajuela, el 26 de mayo de 1994).
Una fuente policial que estuvo ligada a esas investigaciones manifestó que difícilmente esos sujetos regresarán pues son profesionales y saben que aquí están plenamente identificados.
Aunque no se descarta que, por una orden de su cabecilla, quien presenta una personalidad psicópata, vuelvan aquí. "Su jefe es una persona psicopática, por lo que no podemos predecir lo que les ordenará", agregó.
De acuerdo con Gustavo Rodríguez, del diario El Universal, la fuga ocurrió la madrugada de anteayer, cuando -al parecer- fueron ayudados por tres oficiales de seguridad interna de la prisión.
Junto a los otros tres también huyó Luis Sánchez. Para lograr salir hasta la selva, los delincuentes tuvieron que abrir los barrotes de la celda, una puerta con cadenas y candados, cortar tres cercas y brincar una tapia de seis metros de altura.
Los fugitivos aprovecharon un apagón que mantuvo a la prisión sin luz durante varias horas. Anteayer, al mediodía, se descubrió la fuga.
Según Rodríguez, se supone que los asaltantes se dirigen hacia Brasil pues no están a muchos kilómetros.