
Grecia, Alajuela. Sentado sobre la baranda del puente Rafael Iglesias -carretera Bernardo Soto-, un joven, de entre 20 y 25 años, escuchó consejos de oficiales de tránsito, cruzrojistas y vecinos sin que nadie lograra hacerlo desistir de lanzarse al vacío de 80 metros de profundidad.
Al ser las 10:30 a. m. de ayer, el hombre finalmente decidió arrojarse al cauce del río Colorado y acabar con su vida; detrás de él fue su perro pastor alemán, ante la mirada atónita de muchos testigos.
"Yo me iba acercando, estaba como a cinco metros y le dije que viniera para hablar, que no se tirara, pero dijo que se iba a matar y se lanzó. Se oyó como un semillazo y el agua se levantó un poco cuando cayó", narró Mauricio Alfaro, vecino del lugar.
Ante la acción de su amo, el perro se puso como desesperado y también se precipitó; cayó, según el testigo, sobre gran cantidad de ramas.
Aparentemente, la decisión de aquel hombre, cuya identidad no se pudo obtener, tuvo su origen en una pena de amor. Al menos esta fue la historia que Eugenio Reyes, quien vive a un lado del puente, llegó a contar a su casa luego de permanecer largo rato junto al suicida.
"Eugenio nos contó que el muchacho se mató porque la novia lo traicionó. Dijo que le trató de agarrar la mano varias veces, pero cada vez que lo hacía el perro intentaba morderlo", relató Benita Pérez, allegada de Reyes.
En vano
Según el oficial de tránsito José Lizano Espinoza, él se acercó a preguntarle qué hacía sentado en la baranda y le advirtió que era prohibido estar ahí. Aunque logró que se apartara unos segundos, rápidamente volvió a la peligrosa posición. Por eso decidió llamar a la Cruz Roja.
Dos socorristas de Grecia dialogaron con el joven, pero tampoco lograron persuadir al muchacho de que depusiera su actitud, por lo que se apartaron de la estructura, desde donde vieron cómo el joven y su perro se lanzaron al abismo.
Ellos mismos coordinaron la llegada de más compañeros para iniciar el rescate de los cuerpos, los cuales no fueron ubicados ayer.
Según Carlos Mora, propietario del restaurante Las Palmas -ubicado muy cerca del puente-, ayer fue la primera vez que vio al muchacho cuando pasó frente al negocio acompañado por el animal. Se trataba de un joven moreno y fuerte, vestido con pantalón de mezclilla, camiseta blanca, una jacket de cuero y tenis.
Pero la tragedia en el puente no terminó allí. Al ser las 11:25 a. m., un camión que provenía de Guanacaste se quedó sin frenos y no pudo respetar el cierre de la vía, justo en el momento en que se dio paso a los vehículos que venían en sentido contrario.
Como resultado, el camión, conducido por Luis Eduardo Valverde, colisionó contra una unidad del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), que guiaba Freddy Ceciliano.
Este también fue chocado por detrás por otro vehículo pesado, conducido por Lisandro Ortiz. De ellos, solo el primero resultó con varios traumas y fue trasladado al hospital local.