Después de meditarlo “un montón de días” –según dijo–, María Luisa Ávila decidió aceptar la propuesta de Laura Chinchilla para seguir al frente de Salud.
La Presidenta electa le dio tres pilares para su función en los próximos cuatro años: atacar las adicciones, paliar la tramitología y fortalecer las redes de cuido.
De un ministerio con un bajísimo perfil, que mucha gente no sabía para qué funcionaba, pasamos a garantizar la salud.
Yo no soy buena rectora porque le vaya a cerrar un negocio a alguien, si antes no lo convenzo de la importancia de hacer cambios.
Definimos las áreas en grados de complejidad, en alta, mediana y baja, según sus funciones.
”Hoy día le puedo decir que en Desamparados, por citar un ejemplo, en vez de 17 funcionarios que tengo, necesito 31, así como su perfil. Eso lo determinó un estudio y lo estamos aplicando”.
Es ese dinero, pero como le digo cómo es posible que teníamos muchas cosas funcionando mal cuando el ministerio tenía un fideicomiso bastante ‘gordito’.
Sí, claro, pero la auditoría también puede equivocarse.
”Que yo sea la auditora no quiere decir que tengo la última palabra de las cosas, mucho menos cuando dos años atrás la misma auditora había presentado un informe donde ella no vio problemas a los contratos con la UCR”.
La ‘pastilla del día después’ no era la única meta, sino toda una política de sexualidad saludable, la cual ya tenemos y ahora hay que operacionalizarla.
”¿Cuál es el problema con el tema de la sexualidad? Que todo el mundo tiene actividad sexual en lo privado, pero en lo público es la Madre Teresa y célibe”.
Han querido comercializar la contracepción de emergencia, pero desgraciadamente la que traen no cumple los requisitos.
”No se ha rechazado el registro por posición ideológica, sino por calidad, porque tampoco vamos a meter cualquier cosa (al país)”.
Bueno, es que obviamente si se refiere a la rectoría social, esta es dirigir y conducir, no ejecutar. Si hay una queja en vivienda es la ministra de ese ramo la que debe verla.
Siguiendo con el ejemplo, no es que yo vaya donde doña Clara Zomer (ministra de Vivienda) a decirle qué debe hacer. Sin quitarme responsabilidad, mi función no era erradicar tugurios.
No lo veo así, porque en realidad yo tuve esa rectoría solo un año y ocho meses, y eso no es tiempo suficiente, aunque hicimos muchas cosas, como el plan Avancemos.
Cuando entré al Ministerio no conocía la acción de inconstitucionalidad porque data del año 2003.
”Le voy a ser honesta: a pesar de las explicaciones que el magistrado (Fernando) Cruz ha dado en foros y en conversaciones conmigo, todavía no entiendo dónde está la inconstitucionalidad. El magistrado dice que el tema era sensible, pero yo me pregunto: ¿por qué, si es sensible, tardaron siete años en dar un fallo?”
Lo que pasa es que a una pandemia, y eso usted y yo siempre lo hemos conversado, hay que tomarle el pulso cada día.
”Lamentablemente, tengo que decirlo, y es una crítica abierta que hago de una vez: la CCSS, que era la que tenía que operacionalizar la aplicación de las 200.000 dosis, falló miserablemente”.
Eso fue algo muy focalizado que ocurrió en el Hospital San Juan de Dios, donde siento que hubo fallas en la investigación a cargo de los epidemiólogos de la Caja; creo que les faltó agilidad.
Ver las adicciones, reducir trámites y fortalecer la red de cuido. En el 2006, nadie hablaba de los Cen-Cinai y ahora todos quieren uno.
Sí, eso no se pudo cumplir debido a la crisis económica. Pero hay que recordar que no eran 554 centros nuevos, sino en conjunto con los reparados y los ampliados; nuevos hicimos como unos 80.
Bueno, hubo un impulso al Convenio Marco, que sí salió.
”Me reuní con los nuevos diputados y realmente mi única petición para ellos fue la aprobación de la ley antitabaco”.