Durante la mañana de ayer, Betty, una de las mujeres más feas de la televisión, hizo perder la cabeza a San José, cuando en su nombre varios actores colombianos lograron reunir a miles de personas en el centro comercial Plaza América, carretera a Alajuelita.
Aquello no fue una concentración solidaria con la falta de hermosura. Fue la primera de cuatro presentaciones en supermercados que, entre ayer y hoy, realizará en el país el elenco de la telenovela Yo soy Betty, la fea .
Once de los compañeros de pantalla de la desdichada Betty varias del llamado Cuartel de las Feas subieron a las 11:20 a. m. a una tarima levantada frente al Más X Menos de aquel centro comercial, pero en total desaire a la hora tica la gente llegó a la cita varias horas antes. Nelly Contreras fue un buen ejemplo: ella, sus hijos, nietos, sobrinos, ¡media familia! llegaron a Plaza América desde las 8:30 a. m. Fue así como consiguieron estar cerca de la tarima y bajo techo.
Otros, menos madrugadores, tuvieron que tostarse al sol.
Madrugadores o no todos soportaron estrujones y pisotones propios de una concentración de miles y miles de personas.
Y lo mismo llegaron adultos que niños muy niños, como Gabriel Chaves de apenas año y medio de edad.
A grito pelado
Gritos iban y venían cuando Marcela Posada (Sandra), María Eugenia Arboleda (Mariana), Stefanía Gómez (Aura María), Marta Bolaños (Jenny) o David Ramírez (Wilson) se acercaban a las orillas de la tarima. Aura María, Wilson y Jenny se llevaron, además, el calificativo alimenticio de siempre: "¡ricos!"
No por "feo" Mario Duarte (Nicolás) se les quedó atrás. Con sus dones de cantante le arrancó aplausos y hasta coros a la gente.
Algunos de los de Betty bajaron de la tarima para saludar al público y firmar autógrafos, pero fue en la despedida donde se metieron a todos los asistentes en el bolsillo.
"Costa Rica, ¡preciosa! Muchas gracias por querernos", dijo Mariana. Y aplausos la coronaban.
Jorge Herrera (don Hermes), Adriana Franco (doña Julia), Zelmira Lizardo (Catalina) y Luis Mesa (Daniel Valencia) también se despidieron con ganas.
De la tarima bajaron en fila y aún cuando era claro que el espectáculo había terminado la gente no se movía... como esperando verlos otra vez.