Un grupo no especificado de los 180 reos de la Unidad de Admisión de San Carlos se amotinó desde el sábado a las 11:30 p. m. hasta ayer a las 3 a. m.
Durante la revuelta quemaron colchones, sábanas y golpearon las puertas de las celdas.
La molestia de los presos surgió porque les apagaron los televisores a las 11 p. m. del sábado.
Dos internos, Víctor Manuel Cantillo Badilla y Álvaro Espinoza León fueron trasladados en ambulancias de la Cruz Roja al hospital de San Carlos con problemas respiratorios, pero poco después fueron dados de alta.
Ante el temor de que las llamas se propagaran, se permitió el ingreso al penal de una unidad de la estación de Bomberos de Ciudad Quesada, cuyos miembros lograron controlar la conflagración en 12 minutos.
También, agentes de la Fuerza Pública se apostaron en los alrededores del penal para evitar una fuga masiva.
Veían varios programas
Esta cárcel, que está ubicada en La Marina de San Carlos, fue inaugurada en 1998. Consta de dos módulos, el A y el B, cada uno de los cuales tiene cuatro dormitorios con capacidad para 25 ó 30 personas. En cada uno hay un televisor.
Édgar Rodríguez, director del penal, explicó que por regla general los televisores se apagan a las 11 p. m. Empero, cuando los internos desean ver televisión después de esa hora presentan un escrito y se les concede la solicitud.
Para el sábado no existía ninguna petición para extender el horario, así que a las 11 p. m., cuando veían diferentes programas en los cuatro televisores, estos fueron desconectados.
Rodríguez precisó que el problema involucró a un porcentaje muy bajo de la población penal. Agregó que internos considerados como indisciplinados se abstuvieron de participar.
Empero, a las 4 a. m., 13 de los revoltosos, entre ellos los cabecillas, que no fueron identificados, fueron trasladados al área metropolitana. Dos fueron llevados a San Sebastián y 11 a La Reforma.