
Roberto Samcam se sintió orgulloso cuando, el 26 de febrero pasado, un grupo de expertos de la ONU presentó un informe que implicaba directamente al Ejército de Nicaragua en la comisión de crímenes de lesa humanidad.
“Roberto decía que era un informe íntegro, en el que ya se estaban sentando las bases para el tema de la justicia en Nicaragua”, dijo Claudia Vargas, viuda de Samcam, el 6 de julio anterior, dos semanas después de su asesinato.
El informe del Grupo de Expertos en Derechos Humanos sobre Nicaragua (Ghren) de la ONU, encargado de reportar sobre la crisis nicaragüense, obtuvo información relevante sobre los responsables: cadena de mando, nombres, cargos y reuniones de militares implicados en la represión, desde del 2018.
El orgullo de Samcam no era para menos. Él fue una de las voces que denunció, desde el inicio de la crisis, la implicación del Ejército en la represión.
Era un tema que conocía muy bien: fue un mayor retirado del Ejército Popular Sandinista (EPS), con estudios militares de artillería terrestre en la Escuela de Artillería de las Fuerzas Armadas de Cuba. Esto lo llevó a desempeñar varias jefaturas militares, entre ellas, jefe de operaciones de artillería del Ejército.
El conocimiento militar y su insistencia en denunciar a los militares propiciaron que fuera contactado desde el 2018 por la Fundación Arias para la Paz, que le pidió que elaborara un informe sobre la procedencia de las armas que se utilizaron durante la represión. Entonces, en el 2019 publicó el primer ensayo titulado “Uso de armas de guerra en la crisis de abril por el régimen de Daniel Ortega”.
Luego, en setiembre del 2020, fue autor del peritaje de la cadena de mando para el Tribunal de Conciencia “Violencia sexual: crimen de lesa humanidad en Nicaragua”, que se desarrolló en Costa Rica.
“Roberto decía que el Ejército estaba involucrado en todo esto y nadie hablaba sobre eso”, dijo Vargas.
La insistencia sobre el tema hizo que no se callara en el exilio, pese a las amenazas de muerte de las que era objeto, las cuales comunicó a la Dirección de Inteligencia y Seguridad Nacional (DIS) de Costa Rica.

‘Era un combo’
Nació el 1.° de noviembre de 1958 en Jinotepe, en Carazo, uno de los departamentos que puso mayor resistencia durante la crisis del 2018. Desde joven se integró a la lucha sandinista y, como ya se dijo, formó parte del EPS.
En 1991, un año después de que el sandinismo perdió el poder frente a Violeta Barrios de Chamorro, Samcam solicitó su baja voluntaria al cuerpo militar. Se graduó en Ingeniería Industrial, con una maestría en Administración y Dirección de Empresas. Fue docente universitario y consultor empresarial.
Se distanció del Frente Sandinista y se integró a las filas del Movimiento Renovador Sandinista, un partido político de disidentes rojinegros fundado por el escritor Sergio Ramírez Mercado.
Con el MRS, Samcam fue candidato a alcalde en Jinotepe en el 2008, y se postuló como aspirante a legislador en el 2011. En ninguna elección tuvo éxito, aunque ambas fueron denunciadas como fraudulentas.
En el partido tuvo un ascenso rápido hasta convertirse, en poco tiempo, en miembro de la Comisión Ejecutiva Nacional del MRS.
Desde entonces fue una de las voces críticas de Daniel Ortega. Escribía análisis y ensayos, y conducía espacios políticos en radio y televisión. “Era un combo”, dijo Vargas, en referencia a sus habilidades militares, políticas y de comunicación.
Debido a la relevancia de sus críticas se exilió en Costa Rica desde julio del 2018. Sin embargo, el brazo largo de la represión lo alcanzó en el 2023, cuando formó parte de un grupo de 94 opositores, a quienes les quitaron la nacionalidad nicaragüense y les confiscaron sus propiedades.
A raíz de esto, el Gobierno de España le otorgó la nacionalidad española, como una muestra de solidaridad.
“Decía que nadie lo podía callar”, recalcó su viuda.
Pero sabía lo que podían hacer. Por eso, el militar retirado tomaba en serio sus medidas de seguridad: casi no asistía a eventos públicos, y cuando lo hacía se cambiaba de camisa para despistar a sus posibles seguidores. Tomaba Ubers, nunca autobuses. Y constantemente viajaba fuera del país para no ser ubicado con facilidad.
Pero la mañana del 19 de junio, a menos de cuatro meses de haberse publicado el informe de los expertos de la ONU sobre el Ejército, Samcam fue silenciado de ocho balazos precisos en el apartamento donde vivía en Moravia.
