La escena puede resultar familiar para muchos: un encuentro con una serpiente en un lugar que puede ser doméstico o puede ser en un campo o jardín, pero lejos del lugar donde usualmente está. En lugar de matarla o capturarla permanentemente, personal capacitado la rescata y libera en un bosque cercano que coincide lo más posible con su hábitat natural.
¿Qué sucede con esas serpientes? ¿Ese cambio las afectará de algún modo? ¿Sobreviven? ¿Logran adaptarse? Esas son precisamente las preguntas que busca responder un estudio de la Universidad de Costa Rica (UCR). Se trata de una tesis de la Maestría Académica en Biología, del Sistema de Estudios de Posgrado (SEP).
“No existen datos sobre esto, y mi investigación busca responder esas preguntas con evidencia científica”, expresó Felipe Triana Rincón, quien investiga esto para su tesis.
Triana investiga específicamente la especie Crotalus simus, una de las conocidas popularmente como “Cascabel”. Esta es la tercera tesis que indaga qué sucede con una víbora liberada en América Latina.
El joven comentó que los estudios sobre ecología de serpientes son muy escasos. Y la mayoría son en Estados Unidos o Canadá. En el trópico son todavía más escasos y estos provienen de Brasil, un país que no comparte muchas condiciones climáticas y de hábitat con Costa Rica.
“Toda la información que hay sobre las cascabeles es de zonas templadas. Si tenemos información del trópico nos va a enseñar las diferencias entre las especies en un lugar y otro. Y eso me va a ayudar a determinar cómo son las dinámicas ecológicas de especies tropicales”, detalló Triana.
Por ello, buscó comenzar a generar datos nacionales sobre esta especie y su supervivencia. Esto es importante, porque normalmente estos animales tienen territorios definidos en hectáreas, ¿qué pasa cuando se les rescata y se llevan a otro sitio? ¿aumenta ese territorio, disminuye? Se les está llevando a otro lugar donde no tienen las mismas características, lejos de donde dormían o se alimentaban.
“Sin datos ecológicos confiables, la conservación de especies se hace a ciegas. No podemos asegurar que lo que estamos haciendo realmente funciona”, evidenció el investigador.
En los últimos años, agregó, ya hay más conciencia de que si una persona se encuentra con una serpiente no debe matarla y lo que procede es llamar a los Bomberos, quienes se encargan de su manipulación y rescate.
¿Cómo comenzó la investigación?
En entrevista con La Nación, Triana comentó que su vida con las serpientes comenzó desde muy niño.
“Siempre me han gustado las serpientes. Siempre he sentido esa pasión, ese amor por ellas. De niño yo imprimía posters de culebras y los pegaba en el cuarto. Me encantaba ir a serpentarios. Mi sueño era trabajar con ellas”, recordó.
Por eso no le costó decidir ser biólogo. Cuando llegó a la Universidad de Costa Rica tuvo la oportunidad de ingresar como asistente de investigación en el Instituto Clodomiro Picado (ICP) y trabajar en el Laboratorio para la Investigación de Animales Peligrosos. Ahí siguió desarrollando esa pasión, pero desde un punto de vista más científico.
Los investigadores ya tenían ideas de hacer un estudio sobre las cascabeles. Con esto comenzaron a dar forma a la idea sobre este estudio de la conservación.
La cascabel, comentó, tiene varias ventajas. Primero, es un animal que no es sumamente abundante, pero tampoco es raro y esto facilita conseguir especímenes para el estudio. Además, en los pocos estudios que hay, las cascabeles son el género de serpientes de las que hay mayor información, pero tampoco había estudio de zonas cercanas.

Buscando a las serpientes
El ICP tiene una relación de larga data con Bomberos de Costa Rica y con Bomberos de Nosara, la única organización de bomberos privada del país. Esta última relación fue clave para que Triana realizara su trabajo de investigación en dicho distrito nicoyano. Se fue a vivir allá durante dos años.
Las labores de campo fueron retadoras. Seguir a un animal es muy complicado, y aún más si se trata de un animal rastrero. La primera parte fue buscar los individuos que seguiría. Necesitaba al menos dos o tres para comenzar.
“Cuando uno sigue a un animal uno debe estar donde vive el animal. La parte más cara de la tesis fue la vivienda y alimentación, yo tenía que irme a vivir ahí. El Sistema de Estudios de Posgrado (SEP) y un par de organizaciones me apoyaron. Sin ellos no hubiera podido ni comprar el equipo ni estar ahí”, destacó.
La técnica que usó se llama radiotelemetría, en la que se implanta un radiotransmisor en la serpiente. Ese transmisor envía señales que el investigador recibe a través de un aparato receptor. Así fue como estudió el comportamiento de las serpientes y cuánto radio de acción tenían en su cotidianidad.
Los datos preliminares dicen que los animales sí sobreviven a su reubicación. Todavía debe analizar cómo afecta ese cambio de hábitat.
El consejo de experto: ¿qué hacer si se encuentra con una serpiente?
No importa si usted está en su casa, visitando a alguien o de paseo, puede tener un encuentro con una culebra. Esto es especialmente cierto cuando las urbanizaciones y diferentes desarrollos urbanos cada vez ingresan más en zonas boscosas.
Lejos de matarla o buscar herirla, lo que debe hacer es llamar a Bomberos para que estos le den instrucciones mientras llegan por ella. Los bomberos están capacitados por el ICP.
“A veces son vistas como el animal enemigo y la gente las quiere matar. Y eso es muy lamentable porque las serpientes cumplen roles muy importantes en los ecosistemas. Ellas comen roedores, murciélagos y otras especies que pueden ser perjudiciales para los seres humanos. Incluso, hay especies que se alimentan de otras especies venenosas. Si uno mata a una serpiente está aumentando el riesgo de más plagas”, comentó el investigador.