Delia Paola Víquez Espinoza, la primera bebé in vitro de Costa Rica, cumplió ayer un año de edad en medio de la algarabía hogareña y el asombro de la comunidad de San José de Alajuela.
La pequeña traviesa es punto de atención en esa barriada alajuelense; sus vecinos la chinean, la admiran y están pendientes de su crecimiento y desarrollo, dijo su madre, Xinia Espinoza.
Delia Paola nació el 9 de mayo del año pasado mediante cesárea en el hospital Max Peralta de Cartago. Se le bautizó con el nombre de Delia en honor a la ginecoobstetra Delia Ribas, quien hizo posible su alumbramiento.
Tuvo un peso al nacer 3,2 kilogramos y hoy pesa 10; corretea por todo lado y es una niña muy hablantina.
Fue la tercera criatura que nació en territorio costarricense mediante fertilización in vitro pues en octubre y noviembre de 1995 llegaron al mundo dos hombres: Esteban Kopper y Alvaro Soto.
El nacimiento de esta pequeña tiene gran trascendencia porque ella será madre en un futuro y generará toda una línea de descendencia que pudo existir gracias a la fertilización in vitro, advirtió el especialista en ginecología y obstetricia Gerardo Escalante López.
Los llantos, las risas y las travesuras de esta chiquilla llenaron el hogar conformado por German Víquez y doña Xinia; para ellos, las técnicas de reproducción asistida son una excelente opción para las parejas que, como ellos, quieren tener más familia. Esta pareja no entiende por qué se censura esta práctica en Costa Rica, pese a que se hace con profesionalismo y ética.
Hasta la fecha, han nacido cinco niños fertilizados en tubos de ensayo y en este momento hay dos mujeres embarazadas mediante la consabida técnica.