Alexánder Vega Hidalgo decidiría a quién le daría su voto a última hora. Vio debates, escuchó noticias, pero no estaba convencido aún. Su hermana Olga Vega le acompañaría a emitir su sufragio. Si bien ella lo asiste, no influiría en su decisión.
“Yo le digo que él tiene que elegir. Lo traigo porque este es un derecho que él tiene sin importar su condición”, dijo la mujer.
Alexánder Vega nació con derrame cerebral luego de que su madre fuera agredida cuando él estaba en su vientre. Él además tiene trastorno bipolar y por mucho tiempo estuvo internado en un hospital psiquiátrico, por esto, el hecho de estar en casa bajo el cuidado de su hermana y saber que este 6 de febrero tenía la oportunidad de salir a votar, lo hacía muy feliz.
Él, de 53 años, se despertó a las 6:30 a. m., para prepararse con tiempo y así llegar temprano a votar. A las 10 a. m., ya estaba en las inmediaciones de la escuela Abraham Lincoln, en Alajuelita centro, lugar en el que se mantuvo el orden y a la entrada habían colaboradoras ofreciendo alcohol e invitando a los electores a lavarse las manos. Protegida entre sus manos tenía su cédula de identidad.
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Alexánder Vega, una persona con discapacidad, llegó a votar a la escuela Abraham Lincoln, a él le acompañó su hermana y encargada Olga Vega. Foto: Fernanda Matarrita
“Espero votar para ver si ganamos. Que quien sea el presidente haga el intento de salvar a la gente, que haya más seguridad, a veces los buses son muy inseguros, asaltan y la gente se pelea”, comentó. Su hermana y encargada, agregó que a veces don Alexánder sale a hacer diligencias y usa este medio de transporte.
Ella agregó que, además, esperaría que el próximo mandatario brinde mayores oportunidades de capacitación y trabajo para personas con discapacidad. Por ahora, su hermano teje bufandas y ponchos para vender. Cuando no logran comercializarlos, los rifan. Sus productos se consiguen en el 8835-8206.
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Él también es parte de un programa radial en el que participan personas con discapacidad y con enfermedades mentales. Cuenta que incluso ha ido a Rusia gracias a este proyecto.
Así como don Alexánder, tres personas más con discapacidad también compartieron su experiencia este día de elecciones. En el cantón de Alajuelita se habilitaron nueve centros de votación y 89 juntas receptoras.
Voto por primera vez
Mónica Alvarado Vega tiene 22 años y esta es la primera vez que vota. En las elecciones pasadas no sintió ganas de hacerlo, sin embargo, para estos comicios se contagió del entusiasmo de su familia y ellos la animaron a salir a ejercer su derecho a votar.
La joven nació con espina bífida e hidrocefalia y es su discapacidad la que la movió a votar por ese candidato que considera trabajará por el país y velará por personas con capacidades diferentes.
Ella votó en la escuela Ismael Coto, en San Josecito de Alajuelita, y la acompañó su hermana Paula Alvarado, de 33 años. Ambas coincidieron en lo que esperan del próximo gobierno: “más oportunidades”, dicen al unísono a eso de las 11 a. m., de un festivo día de elecciones.
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Yurguin Quesada Raudes, una persona con discapacidad cognitiva, acudió a ejercer su derecho al voto en compañía de su madre Shirley Raudes. Foto: Fernanda Matarrita
Mónica Alvarado ha entrado a sala de operaciones 26 veces durante toda su vida, la masa muscular en sus piernas es escasa , aunque puede usar silla de ruedas, con ayuda de unas férulas, ella camina por sí sola. Es una mujer esforzada y llena de sueños. Actualmente estudia un técnico en asistencia administrativa y contable; espera que al terminar sus estudios, Costa Rica sea un país con oportunidades para ella y todas sus aspiraciones.
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“Cuando todo empieza él se emociona”
Yurguin Quesada Raudes, de 27 años, es otro joven con discapacidad que llegó a votar. Él lo hace por tercera vez en su vida. Su sufragio fue asistido, por ello lo acompañó su madre, Shirley Raudes.
El muchacho nació con una discapacidad cognitiva, pero desde su temprana infancia su mamá le ha enseñado y le ha hablado de sus derechos y uno de ellos es el poder votar. A él le encanta.
“Cuando empezó toda la campaña él se alborotó. Vio todos los debates y aunque quizá no comprende, le gusta mucho. Le gusta verlos porque aparece su candidato, él decidió por quién quería votar”, comentó la madre.
De inmediato, Yurguin cuenta a quién le dará su voto: “por Fabricio y por ayudar a Costa Rica”, dice. Su mamá, quien siempre le acompaña, no influye en la decisión del joven.
“Entro con él y es lo que él diga, se respeta su decisión. Le explico cómo hacer la X y que elija”, agrega Shirley Raudes. Ella espera que el próximo gobierno ofrezca más oportunidades, pues cuenta que por la condición de su hijo él nunca ha podido trabajar.
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Maureen Calderón, de 49 años, sufrió un derrame cerebral hace cuatro. Desde su condición, esta mujer espera que el próximo gobierno brinde más apoyo y oportunidades a las personas con discapacidad. Foto: Fernanda Matarrita
“Es independiente pero no para trabajar o para andar solo. A él no lo aceptan en el INA porque no sabe leer ni escribir. Para recibir una pensión hay un montón de requisitos, las posibilidades de ayuda son pocas. Me interesa también que vaya a talleres, que aprenda algo más. Que pueda encontrar espacios en los que él pueda estimularse. Él sacó bachillerato pero no sacó ninguna especialidad, el colegio fue más bien como una guardería. Yo he invertido en pagarle terapia de lenguaje, lo he metido a que toque en una banda. Quisiera que el Estado les diera más oportunidades a las personas como él”, añadió Raudes. El joven votó en la escuela de Concepción Abajo, en Alajuelita.
“Necesitamos ayuda”
En el mismo centro educativo al que acudió Yurguin Quesada, estaba Maureen Calderón Moya, de 49 años, una mujer a quien hace un tiempo le cambió la vida.
Maureen Calderón ha trabajado en elecciones muchas veces. Este 6 de febrero regresó a hacerlo, pero de una manera distinta y con una sensibilidad mayor. Hace cuatro años sufrió un derrame cerebral y hoy desde su experiencia ve necesario que en el país haya más oportunidades y apoyo para las personas con discapacidad: “ojalá a partir del próximo mandato”.
“Espero que realmente ayuden a quien necesita. Hay muchos discapacitados a quienes le niegan la pensión. A mí me la negaron. Necesitamos ayuda”, comentó Calderón, quien trabajó como fiscal medio día y expresó su alegría de poder ejercer su derecho a votar en Costa Rica.
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Yurguin Quesada votó, a eso de mediodía, asistido por su mamá Shirley Raudes. Su lugar de votación fue la escuela de Concepción Abajo, de Alajuelita. Foto: Fernanda Matarrita