Los diez votos en bloque del Partido Acción Ciudadana (PAC) fueron claves para aprobar, este lunes, la reelección de Fernando Cruz como magistrado de la Sala Constitucional para un tercer periodo de ocho años.

Ante los intentos de varias fracciones por evitar la reelección del presidente de la Corte Suprema de Justicia, la postura del partido de Gobierno resultó fundamental en medio de una jornada cargada de polémica y de rupturas partidarias.

Según la normativa vigente, los magistrados se reeligen en sus puestos mientras deseen continuar en el cargo a menos de que 38 legisladores se pronuncien en contra.

En este caso, había 56 diputados presentes. De ellos, 29 se pronunciaron en contra y 25 a favor. También, se registraron dos votos nulos, que se sumaron a la mayoría.

Para asegurar la reelección, se requería de un mínimo de 19 votos a favor.

Si bien los diez congresistas del PAC fueron la piedra angular sobre la cual se construyó la reelección de Cruz, a esa decisión contribuyeron las rupturas en prácticamente todas las tiendas políticas del Congreso.

¿De dónde salieron los otros 15 votos?

Entrevistas a los diputados y diputadas de todas las bancadas permitieron determinar que la reelección de Cruz recibió seis de los 17 votos de Liberación Nacional, así como dos de la Unidad Social Cristiana (PUSC).

En favor de Cruz también se sumaron dos votos de Restauración Nacional, dos del Partido Integración Nacional (PIN), uno del Frente Amplio y dos del bloque independiente Nueva República.

En consecuencia, los votos negativos para Cruz fueron 10 del PLN, siete de la Unidad, cinco de Restauración, tres del bloque Nueva República, uno del Partido Republicano Social Cristiano y cinco independientes, para un total de 31.

La diputada Paola Vega, del PAC, aseguró que apoyó la continuidad de Cruz porque cree en la “independencia entres poderes de la República”.

Otros oficialistas adujeron que preferían ceñirse a la recomendación de la Comisión de Nombramientos del Congreso, donde el representante del PAC es su jefe de bancada, Enrique Sánchez.

Luis Fernando Chacón, jefe del PLN, explicó que, en su bancada, el tema no causaba mucha reacción ni preocupación.

“Había una posición bastante libre, de voluntad de conciencia. Se analizó, se discutió pero no había línea, para ni siquiera forzar a que nadie lo dijera”, comentó.

Añadió que los motivos personales de cada liberacionista fueron muy guardados en lo personal, y consideró que la votación de 29 votos en contra estuvo muy lejos de los 38 necesarios para impedir la continuidad.

El único que declaró en el plenario las razones por las que votaría en contra de Cruz fue el socialcristiano Pedro Muñoz, quien alegó que no estaba a favor de esa reelección porque “hay un conflicto de poderes en el Poder Judicial” y dijo que el presidente de la Corte no ha podido solucionarlo.

“Ese conflicto es la causa fundamental y principal de la mora judicial que tanto sufrimos los costarricenses en materias clave, como pensiones alimentarias, abuso sexual y delitos contra menores”, apuntó.

Agregó que la Corte, en particular la Sala Constitucional, han sido “un obstáculo para las reformas que requiere el país”.

Por su parte, la también socialcristiana María Inés Solís dijo: “Lamentablemente, esta Asamblea no tiene voluntad de hacer un cambio en este país. Reelecto el status quo”.

La única vez en que se sumó esa cantidad de votos negativos fue en noviembre del 2012, para la primera reelección del juez constitucional, cuando precisamente fueron votos de Liberación Nacional los que intentaron dejarlo fuera del cargo para lanzar una señal al Poder Judicial, como dijo el entonces diputados Fabio Molina.

Sin embargo, como la decisión se dio a destiempo, o sea, días después de que se había vencido el nombramiento de Cruz Castro, la Sala Constitucional falló en favor de un amparo del legislador socialcristiano Luis Fishman, en mayo del 2013.

Votación polémica

En esta jornada, se generó un caos en el plenario cuando los diputados Gustavo Viales y Franggi Nicolás, del PLN, y el independiente Erick Rodríguez Steller entraron al plenario de forma irregular, después de que el presidente del Congreso, Eduardo Cruickshank ordenara el cierre de las puertas para votar la reelección.

Luego de un ambiente caótico y una serie de reclamos entre congresistas, finalmente el jerarca parlamentario anuló la votación inicial y ordenó que se recogieran las boletas, pero de las 53 repartidas originalmente, solo devolvieron 52.

Eso obligó a la presidencia legislativa a utilizar un mecanismo de sellado diferenciado para la segunda votación, en la que participaron 56 congresistas y solo la liberacionista Franggi Nicolás se salió voluntariamente del salón, luego de reconocer que había entrado de forma irregular, por una puerta no habilitada como ingreso al plenario.

Viales y Rodríguez Steller, en cambio, se quedaron en el salón para votar.