
Cuando comenzó este 2014, las encuestas indicaban que José María Villalta era el rival de Johnny Araya por la Presidencia de la República, pero ahora uno está de consejero político informal, y el otro, al borde de la deportación de su partido después de haber renunciado a su candidatura presidencial.
Mucho ha pasado en medio. Por ejemplo, el cargo que ellos se peleaban lo ocupa Luis Guillermo Solís Rivera , quien, al comenzar este 2014, se preparaba apenas para darse a conocer y para poder colarse en un sentimiento popular que ninguna encuesta fue capaz de detectar.
En ella, las redes sociales fueron un factor clave por primera vez en unas elecciones nacionales y en medio de la política “enloquecida”, como dijo Solís cuando era candidato.
Ahora, el profesor es el “presi” (como lo llamaban en la campaña), al frente de un gobierno encerrado entre las enormes expectativas reflejadas en los 1,3 millones de votos y condicionado por falta de fuerza legislativa en un Congreso donde los opositores abundan hasta dentro de la fracción oficialista.
En la lista de tareas pendientes, muchos temas postergados a los que parece haberles llegado la hora de resolverse, pero sin condiciones políticas favorables. Por ejemplo, el déficit fiscal, la sostenibilidad energética del país y la infraestructura pública.
Nada fundamental ha cambiado en este 2014, a pesar de la revolución ocurrida en el año en el juego de poderes y en las conductas de los ciudadanos que votan (o se abstienen) por razones muy distintas a las de hace 20 años, cuando el sistema era bipartidista.
Ahora el sistema es otro y, como en las computadoras, eso significa que todo funciona distinto. Un recuento de las noticias de este 2014 más los criterios de estudiosos de la política, permiten concluir que fue un año revolucionario, un antes y un después de la política del país que, afuera, se conoce por su estabilidad política y la madurez de su democracia. El resumen puede hacerse en ocho verbos y resultan suficientes.
SORPRENDER. Fue lo que hizo Luis Guillermo Solís o lo que hicieron los electores el 2 de febrero, al ponerlo como ganador en la primera ronda, o al darle más de 1,3 millones de votos en la segunda, el 6 de abril, después de una campaña indescifrable para las encuestadoras.
Una propuesta entre optimista y crítica, un discurso por el cambio y el talante del candidato otrora desconocido, hicieron que, por primera vez en la historia, llegara al poder el Partido Acción Ciudadana (PAC) y el bipartidismo histórico recibiera el mazazo final.
RETIRAR. El triunfo de Solís parecía inevitable para la segunda ronda, y su rival, el candidato Johnny Araya, prefirió retirarse de la campaña el 5 de marzo. Una bomba política. Esto no evitó la peor derrota del Partido Liberación Nacional, pero sí fue la mecha que encendió fuertes críticas y una pelea interna que llega a este 2015 aún lejos de remediarse.
El Tribunal de Ética verdiblanco acaba de condenar a Araya a cuatro años sin actividad política y él ya lo denunció en el Tribunal Supremo de Elecciones, pues cree que se trata de persecución de otras corrientes.
NEGOCIAR. Con la alta fragmentación partidaria en el Congreso (nueve bancadas), se imponía negociar o morir, y el PAC lo hizo para quedarse con el Directorio. Sus aliados fueron un Frente Amplio (FA) fortalecido y un PUSC en recuperación. Tal acuerdo ha provocado tensiones y carece de garantías de repetirse el próximo 1.° de mayo. Sobre temas de fondo, la negociación parece cada vez más complicada, a pesar de que todos la invocan. Ni siquiera hubo un acuerdo para que Solís diera su informe voluntario de los 100 días en agosto, aunque el mayor ejemplo fue la discusión del presupuesto gubernamental del 2015. Una excepción fue la votación sobre Banca para el Desarrollo y las vacaciones legislativas.
IZAR. Enarbolar la bandera de la diversidad sexual en la Casa Presidencial ha sido uno de los gestos más notables del gobierno de Solís. Reveló el gusto de él por los símbolos, le provocó fuertes críticas y también reflejó el intenso debate vigente, que mezcla política, religión y derechos humanos.
FRAGMENTAR. Muy relacionado con la importancia del verbo “negociar”, pero lo supera. Las divisiones internas en el PLN son intensas entre tendencias y generaciones. El PAC aloja también profundas contradicciones entre una corriente más abierta y la que representa Ottón Solís, diputado prominente que suele hacer oposición al gobierno de su partido. El PUSC se divide también por el apoyo al gobierno de Solís y por la influencia del expresidente Rafael Ángel Calderón, que llega a este 2015 estrenando partido político. Lo que viene: el verbo “pelear” parece listo para entrar en acción en el año nuevo, dicen varios diputados.
VETAR (o desvetar). Fue el incendio final del 2014, sin que se haya extinguido para el 2015. Solís decidió quitar el veto de su antecesora, Laura Chinchilla, a una reforma al Código Procesal Laboral. Complació así al FA y enardeció al PLN en torno al derecho a huelga. Se alteraron otros verbos en diversos sectores que inciden en la política y ahora la palabra final la tiene, como casi siempre, la Sala Constitucional pues unos impugnan la revocatoria del veto y otros impugnan un decreto con el que el Gobierno intentó hacerle retoques a la ley.
BAILAR CON ELLA. Fue parte de la frase que pronunció Solís para admitir que había más problemas que los que pensaba, y que por eso no podría cumplir con algunas de las promesas de campaña y con las altas expectativas y urgencias del pueblo.
El verbo refleja también el grado de preparación del PAC y los problemas estructurales situados más allá del “gobierno de turno”, como solía decir Solís cuando era un analista.
DUDAR. Como comprobó un estudio del Estado de la Nación durante la campaña, la deslealtad partidaria es ahora la moda. Ningún partido puede declararse “dueño” de sus votantes, quienes parecen tener mayor criticidad y menos afectos por una bandera. Una encuesta de la Universidad de Costa Rica reveló que el gobierno de Solís ya está perdiendo apoyo popular; las calificaciones positivas pasaron de 39% a 30%, y las negativas, de 20% a 34,5%.