Con 22 votos a favor y 21 en contra, la Asamblea Legislativa aprobó una moción en la que rechaza escenas de la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de París 2024. El pronunciamiento lo promovió Fabricio Alvarado, diputado del Partido Nueva República (PNR), al considerar que hubo “expresiones de intolerancia e irrespeto absoluto a los principios y liturgias cristianas”.
A favor votaron cinco diputados de Liberación Nacional (PLN), siete de Progreso Social Democrático (PPSD), seis de la Unidad Social Cristiana (PUSC) y cuatro del PNR.
En contra se pronunciaron nueve del PLN, seis del Frente Amplio (FA), tres del Liberal Progresista (PLP), uno del PPSD, uno del PUSC y la independiente Gloria Navas.
La moción se sometió a revisión, pero el resultado fue un empate, con 23 votos a favor y 23 en contra. Por ello, quedó en firme la primera votación.
Según dice el documento aprobado, se mancilló el “sagrado ritual cristiano relacionado con la institución de la cena del señor, establecida por nuestro señor Jesucristo cuando estuvo entre nosotros, para conmemorar su muerte en la cruz para el perdón de nuestras faltas”.
En una de las escenas de la ceremonia inaugural, llamada “Festividad”, apareció un grupo de personas en una mesa larga, incluidas varias drag queens.
La Conferencia Episcopal Francesa (CEF) calificó la representación como “escenas de mofa y burla del cristianismo”, mientras que el director artístico de la ceremonia de apertura, Thomas Jolly, negó haberse burlado de la última cena.
Según Jolly, la última cena no fue su inspiración: “La idea era más bien hacer un gran festival pagano conectado con los dioses del Olimpo... Olympus... Olimpismo”.
La moción también expresa solidaridad con deportistas que pudieron sentirse ofendidos, al tiempo que llama a la Cancillería de la República a elevar una protesta formal ante Francia y el Comité Olímpico Internacional.
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Fabricio Alvarado alegó que la moción era necesaria porque hubo un “acto blasfemo que ha causado una enorme indignación en los cristianos”.
“Fue una demostración de intolerancia contra quienes creemos en Dios, por parte de quienes nos han tachado a los conservadores de intolerantes por no aceptar sus imposiciones”, dijo.
El jefe frenteamplista, Antonio Ortega, replicó que se debe hacer un esfuerzo para distinguir si hay ignorancia o mala fe. Alegó que la escena era alusiva a la pintura La Fiesta de los Dioses, de Jan van Biljert, de 1635, uno de los principales exponentes del barroco, que presenta imágenes sobre la mitología clásica.
Eliécer Feinzaig, del PLP, dijo desconocer si la escena representó la última cena o un bacanal, pero, “por más desagradable que nos parezca, existe un principio superior: la libertad de expresión”.
“En la cultura judeocristiana, no se promueve silenciar a nuestros adversarios. No radicalicemos nuestras posiciones”, dijo.