“Diay, nunca viene y ya se va”, manifestó enojada doña Marta Campos cuando Pilar Montenegro salió corriendo del escenario, después de solo cantar cuatro canciones en la maratónica 30 horas de humor por la niñez.
La nueva diva mexicana llegó al parqueo del Rancho Guanacaste para ponerle el broche de oro a la recolecta organizada por Radio Omega para los niños necesitados de trasplante de hígado y, aunque lo hizo bien, su número fue tan breve que dejó a todos los presentes antojados y pidiendo más.
La maratónica arrancó desde el sábado en la mañana, y para el mediodía de ayer ya eran muchos los millones de colones que había recaudado, aunque no será hasta esta semana que el Banco Nacional revele el monto final.
Grupos musicales y los humoristas de Omega se encargaron de mantener el ambiente vivo en el lugar, inclusive durante la madrugada, cuando hasta karaoke hubo. En la mañana de ayer la gente fue llegando para ver a Pilar desde tempranito, pero antes de ella los de Calle 8 pusieron a las cosas en movimiento.
A las 12:35 p. m., mientras Rina Vega y sus compañeros se despedían, atrás de la tarima se armó un hervidero: Pilar Montenegro ya estaba en posición. Vaquera vestida de sensualidad, la ex Garibaldi subió a la tarima y el público se volvió gritos y piropos.
Aunque detrás de ella se veía un grupo de músicos, en realidad la música y voz que el público oyó fueron producto del play back (mímica), método poco sincero pero muy funcional para este tipo de actividades benéficas.
El paso de Pilar por el escenario fue breve, limitándose a apenas cuatro temas (Cuando estamos juntos, Quítame ese hombre y las versiones pop y norteña de Alguien que una vez amé).
Cuando “cantó” Quítame ese hombre, la vocalista azteca pidió que cuatro niñas subieran a bailar con ella. Sin embargo, al final a Pilar no le quedó otra que hacer su sexy contoneo de caderas entre 10 chiquitas, muchas de las cuales llegaron hasta la tarima más por insistencia de sus papás que por ganas propias.
Apenas terminó la cuarta canción, Montenegro dejó la tarima casi remolcada por su representante, mientras el público –que se imaginaba que aquello sería un concierto– le pedía otra canción a gritos. Y aunque los organizadores y la prensa también esperaban que la intérprete reapareciera –como es usual en este tipo de eventos– más bien se oyó el motor del vehículo en el que la cantante fue “evacuada” a toda velocidad.
Mientras el carro color vino se alejaba del lugar, la pregunta de por qué no volvió Pilar a escena se quedó sin respuesta.