Felipe Calderón ganó las elecciones mexicanas con un margen tan estrecho que la oposición no quedó convencida de su derrota.
El flamante gobernante de México sufrió las consecuencias de su raquítica victoria ayer al tomar posesión de su cargo, cuando legisladores del opositor Partido de la Revolución Democrática (PRD), de izquierda, se trenzaron a golpes en el plenario de la Cámara de Diputados con sus colegas del oficialista Partido Acción Nacional.
Calderón juró al cargo en una ceremonia brevísima mientras sus opositores le gritaban augurando la caída de su gobierno.
En la calle, su rival, Andrés López Obrador, congregó a millares de sus seguidores para protestar por lo que consideraron una presidencia fraudulenta.
Calderón respondió horas después con un llamado al diálogo y la mesura en un país polarizado.
El Presidente conservador deberá sortear en su sexenio una de las peores crisis de gobernabilidad que se recuerdan en México.
Este abogado de 44 años y con aspecto de ratón de biblioteca saltó a la vida pública desde el sector privado.
El único cargo público que ha ocupado es el de secretario de Energía en el gobierno del mandatario saliente, Vicente Fox.
Se le señala poca experiencia ejecutiva, aunque ha sido legislador local y federal desde los 26 años de edad.