
César es un mono congo adulto (Alouatta palliata palliata) que habita en el Refugio Nacional de Vida Silvestre Mixto Caño Negro, en la zona norte del país. Hace cerca de diez años él y su hermano nacieron con una coloración negra en su piel y pelaje, muy diferente a la que ahora presentan sus congéneres: todo el pelaje de su cuerpo es de color amarillo-anaranjado y su piel de color casi rosada.
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La Unversidad de Costa Rica (UCR) investiga qué está ocurriendo ya que, según explicó Óscar Chaves, biólogo de ese centro de estudios y especialista en Primatología, este fenómeno es extremadamente raro (solo existen unos ocho registros a nivel mundial, la mayoría de ellos en monos congo de Caño Negro y de Matina, Limón) y se conoce técnicamente como feomelanismo.
La UCR explicó que algunos guías turísticos de la zona y biólogos han dado seguimiento al congo César desde que este era una cría. El hermano de César murió por razones desconocidas cuando era un juvenil y existen al menos otros tres monos juveniles con feomelanismo que probablemente sean hijos de César, ya que pertenecen a una tropa próxima a la suya.
“Desde 2013 se han venido reportando diversos tipos de pigmentación anómala en tropas de monos congo en todo el territorio nacional. Se trata de animales con manchas amarillas o naranjas en las patas, manos y, en algunos casos, en los labios. En ese año había apenas 13 registros de congos con dicha anomalía y desde entonces esa cifra ha crecido hasta más de 200 individuos (a diciembre de 2021)”, explicó la Universidad.

Los científicos manejan dos hipótesis para explicar estas anomalías en la coloración. La primera es que el uso excesivo de ciertos pesticidas sulfurados en plantaciones extensivas relativamente cercanas a los fragmentos de bosque en los que habitan estas poblaciones de monos congo, las cuales podrían haber contaminado las hojas y frutos que ellos consumen. Esto afectaría los procesos bioquímicos asociados a la pigmentación de la piel y el pelaje.
La segunda hipótesis es que la destrucción y fragmentación de los hábitats naturales de estos animales han propiciado un alto grado de endogamia (o sea, los animales de un mismo grupo solamente se cruzan entre ellos porque están aislados de otros grupos) y una baja diversidad genética, lo cual aumenta la probabilidad de que surjan mutaciones.
Explicaciones

La UCR desarrolla un proyecto de investigación, el cual se concentra principalmente en el cantón de Santa Cruz, Guanacaste.
El estudio está en su primera fase de campo, que incluye, entre otras actividades, un banco de imágenes de los congos con pigmentación anómala. Para esto se utiliza la ciencia ciudadana, con el aporte de guías de turismo, biólogos y naturalistas interesados en el tema.
Asimismo, contempla el análisis de la dieta y el comportamiento de cuatro tropas de monos en vida libre, la recolecta de muestras de heces y la presencia de mutaciones en los genes asociados a la pigmentación.
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Se harán capturas de algunos congos para obtener muestras de sangre y pelo, así como de hojas y frutos de las principales especies de plantas que comen estos animales.
“Se espera que ya para finales de 2022 o comienzos de 2023 se cuente con suficientes datos para poder entender mejor qué factores ambientales y genéticos están promoviendo los cambios en la pigmentación de los monos aulladores”, añadió la casa de enseñanza.
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Posteriormente, se iniciará una segunda fase del proyecto en la que se investigarán las consecuencias que tienen los cambios de la pigmentación en el comportamiento y sobrevivencia de estos animales.

