A manos de Hazel Sánchez y Kenneth Vargas llegan siempre santos, vírgenes y “resucitados” con dedos, manos, narices y hasta cabezas quebradas.
Ella, arquitecta y escultora, y él, artista plástico, atienden desde el 2004 a “pacientes” de cerámica, yeso, madera, resina y fibra de vidrio.
Este matrimonio es propietario de la librería Ángel de la Guarda, en Moravia, donde no solo se venden artículos religiosos, sino que funciona un taller de restauración de imágenes. La demanda se mantiene constante durante todas las épocas del año.
Tradición viva. El origen de este exitoso negocio fue, paradójicamente, la mala fortuna.
“Hace unos años hubo una ola de asaltos en Moravia y se nos metieron a robar a la librería. En esos días vino una persona y nos trajo la imagen de un San José de resina para ver si se la podíamos arreglar. Nosotros aceptamos reparar esa pieza por necesidad y fue todo un reto, porque venía completamente destruida, era como un rompecabezas. Así fue como comenzamos el taller de restauración”, recordó Vargas, quien también tiene estudios en Diseño Publicitario.
La cartera de clientes va desde señoras devotas que les llevan sus atesoradas figuras –algunas de ellas muy antiguas– hasta templos que solicitan la reparación de imágenes de grandes dimensiones.
Algunas veces, la “doctora” debe visitar a los “pacientes”. Por ejemplo, días antes de Semana Santa, Sánchez se desplazó hasta la parroquia del Padre Pío en Purral de Goicoechea para repararle el dedo meñique fracturado a un Nazareno.
La restauradora narró que las técnicas y productos utilizados dependen de los daños y hasta del material con que estén fabricadas las obras de arte. “El yeso se deteriora mucho por la acción de las cucarachas”, dijo. El proceso es una experimentación constante y Sánchez incluso desarrolló su propia receta de pegamento.
Lo más difícil, dice, es enfrentarse a imágenes con remiendos mal hechos que causan más daño a la pieza. “Uno se topa con cada cosa... hay personas que tratan de arreglarlas con cemento, papel higiénico con goma, silicón y ‘goma loca’”, detalló Sánchez.