La abolición del ejército y el papel determinante de esta decisión en la vida democrática de Costa Rica, así como el haber albergado al primer tribunal internacional de derechos humanos del mundo, la Corte de Justicia Centroamericana, son hallazgos nacionales que merecen ser compartidos con la humanidad.
Así lo estimó la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), que incluyó en su registro internacional Memoria del Mundo dos compilaciones o fondos documentales costarricenses, los cuales son propiedad del Archivo Nacional.
Se trata del decreto número 249 de la Junta fundadora de la Segunda República, firmado hace 68 años, el 11 de octubre de 1949.
Este da fe del traspaso del edificio del antiguo Cuartel Bellavista –que antes sirvió a las fuerzas armadas– a la Universidad de Costa Rica (UCR), para transformarlo en el Museo Nacional.
El otro fondo documental que se sumó a la distinguida lista, es una colección de archivos sobre la Corte de Justicia Centroamericana, entidad que tuvo sede en suelo tico durante 10 años, de 1908 a 1918.
Entre los documentos que resguarda esta última compilación, destacan libros de registro, cartas, expedientes de juicios y de magistrados, informes de labores, certificaciones, reglamentos, comprobantes de cuentas, memorandos, entre otros.
Anuncio desde París
El anuncio de la inclusión de ambos ejemplares a la Memoria Mundial lo realizó la Unesco el pasado el 30 de octubre en París.
Junto a los papeles costarricenses, ingresaron a este inventario documentos de otras 77 naciones.
La noticia en nuestro país la comunicó este miércoles el Archivo Nacional, en una conferencia de prensa a la que asistieron Jamion Knight, especialista de comunicación de la Unesco; el presidente Luis Guillermo Solís; la ministra de Cultura, Sylvie Durán, y la directora del Archivo, Sandra Chacón.
Ejemplo para la juventud
Según el representante de la Unesco, la documentación refleja la historia democrática y la capacidad de resolución de conflictos por la que destaca Costa Rica en el mundo.
En ese sentido, dijo que la idea es utilizar esos hallazgos históricos como una forma de educar a la juventud mundial.
“El tema es cómo utilizamos la tecnología para difundir esa información. No debemos verlos solo como documentos, sino preguntarnos qué tipo de lecciones aprendidas por medio de estos podemos compartir con los jóvenes para evitar conflictos y, con ello, bajar índices de violencia”, expresó Knight.
¿Qué más gana Costa Rica aparte del reconocimiento mundial? A partir de ahora, un resumen sobre la existencia de estos archivos y su impacto en la vida de los costarricenses estará disponible en el sitio web de la Unesco.
Además, comentó Knight, una de las posibilidades es la elaboración de una campaña para promover el contenido de esos documentos entre los costarricenses y reflejar su impacto en la conformación de la identidad nacional.
Por otra parte, la inclusión también le permitirá al país participar en conferencias sobre cómo conservar este tipo de impresos de valor histórico.
Más declaratorias
El presidente Solís dijo que, aunque ya Costa Rica se distingue en otras listas de la Unesco en patrimonio natural e inmaterial, este es otro gran logro, porque es la primera vez que destaca en el área documental.
“Desde el punto de vista de nuestra historia como nación, los documentos de abolición del ejercito constituyen una exclusividad universal; somos de los pocos países que hemos tomado esa decisión unilateral de desarmarnos y trasladar, como lo señaló don José Figueres Ferrer, nuestras obligaciones de seguridad y defensa a un cuerpo de policía”, expresó el mandatario.
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La ministra de Cultura, Sylvie Durán, también recalcó el hecho de que el país sume otra estrella en la Unesco.
Ya lo había hecho en el 2005, cuando la entidad declaró la tradición del boyeo y la carreta costarricenses como patrimonio de la humanidad.
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Nueve años después, el reconocimiento fue para cuatro de los sitios cacicales del Díquis, en Osa, los cuales resguardan las esferas de piedra esculpidas por nuestros antepasados precolombinos, así como otros vestigios arqueológicos.
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Arduo proceso
Javier Gómez, jefe del departamento de Archivo Histórico del Archivo Nacional, explicó que la inclusión de ambos documentos en el registro de Memoria Mundial implicó un trabajo de dos años.
Según contó, la Unesco realiza una convocatoria y los países interesados aplican a esta.
Expertos en fondos documentales de todo el mundo son quienes eligen los documentos que ingresarán a la lista.
De hecho, antes de llegar a la declaratoria mundial, muchos de estos archivos pasan antes por dos filtros más: la declaratoria de memoria mundial a nivel país, y la misma designación, pero con carácter regional (Latinoamérica y el Caribe).
El más alto reconocimiento es el de carácter mundial, que es el que están adquiriendo en este momento los ejemplares ticos.
En el caso del decreto de abolición del ejército, en diciembre del 2016 se dejó dicha designación en el ámbito regional, lo que implica que ahora sube un escalón.
En cuanto al fondo documental de la Corte de Justicia Centroamericana, este ingresó directamente a la categoría mundial.
El trabajo de declaratoria de dichos documentos es impulsado por la Comisión Costarricense de Cooperación con la Unesco y apoyado por la embajada de Costa Rica ante ese organismo.