Los dos principales partidos políticos representados en la Asamblea Legislativa ya iniciaron sus luchas internas para definir a sus próximos voceros de fracción, a partir del 1.º de mayo próximo.
Se trata de la agrupación de Gobierno, el Partido Acción Ciudadana (PAC), y el partido más numeroso de la oposición, Liberación Nacional (PLN), que además lleva una pugna por definir un candidato a la presidencia del Congreso.
En el caso del PAC, los postulantes a la jefatura son dos diputados representantes de la provincia de San José: Epsy Campbell y Marvin Atencio, ambos de 52 años.
En Liberación, por su parte, la vocería de la bancada se la disputan dos diputados jóvenes: Ronny Monge (43 años) y Michael Arce (38), pero además tienen como contendora a la legisladora Maureen Clarke, de 63 años.
Choque oficialista.
Aunque todos los aspirantes a las jefaturas de sus respectivas agrupaciones adujeron que la discusión no se ha realizado oficialmente, algunos ya tocan puertas, comparten cafés y escuchan peticiones de sus compañeros de plenario.
Epsy Campbell, economista con experiencia en una diputación anterior y en la presidencia de la consigna rojiamarilla, aseguró que aún no ha tomado una decisión definitiva.
"En la lógica del partido sigue una mujer, pero la decisión la tomaré en función de algunas conversaciones con integrantes de las fracción", explicó la legisladora.
Según Campbell, más que un cambio en la ruta que ha llevado la fracción de Gobierno en los dos primeros años de labores legislativas (con Emilia Molina, primero, y actualmente Marco Redondo), su intención es "dar un paso adelante, hacer agenda y definir el perfil de la fracción que queremos a partir de mayo".
"Es cuestión de capacidad para lograr acuerdos sobre temas estratégicos, hay que consolidarse, porque hay muchos temas. Hay que conversar francamente sobre lo que se debe hacer y cuál persona podría tener una vocería constructiva sobre lo que se debe hacer", dijo Campbell.
Al frente, el médico cirujano y abogado Marvin Atencio aduce que ha escuchado su nombre en boca de otros legisladores, como posible jefe de bancada."En los dos periodos anteriores he propuesto mi nombre, mi plan de acción. En esta ocasión, no lo hemos discutido en la fracción. Somos varios compañeros, todos tenemos las mismas posibilidades", comentó Atencio Delgado.
Según el cirujano, el nuevo vocero del oficialismo tiene que amasar la unidad de la fracción política, así como tener una "excelente relación" con las demás fracciones y congresistas.
"A mí me gustaría que Ottón (Solís, diputado y fundador del PAC) se propusiera, Franklin (Corella, parlamentario alajuelense) es un buen elemento, Marco (Redondo, jefe actual) es un buen candidato, habría que valorar la función de él. Todo tiene que analizarse en fracción", concluyó el pezeteño.
Frentes verdiblancos.
En el PLN, el debate sobre quién debe ser el próximo vocero político tampoco es un plato fácil de digerir. No solo se confrontan los grupos que pugnan también por la candidatura a presidente del Directorio legislativo, sino que también entra en discusión el asunto del género.
Eso sí, todo se reduce a una batalla de tres abogados por liderar la principal bancada de la oposición legislativa, que tiene 18 asientos en el plenario.
Michael Arce, abogado y legislador alajuelense, estaría apoyado por el grupo que impulsa la candidatura de Juan Luis Jiménez Succar a presidente legislativo.
En el otro bando, más afín a la candidatura presidencial legislativa de Rolando González, ha surgido la aspiración del herediano Ronny Monge.
En medio de ellos, Maureen Clarke, abogada como ellos dos, considera que es hora de que una mujer ocupe el cargo. De hecho, Liberación Nacional no ha tenido una vocera parlamentaria desde la excongresista Viviana Martín, quien salió de ese cargo el 30 de abril del 2011.
Arce comentó que ser jefe es "una oportunidad honrosa, un privilegio, un honor, para cualquiera de los compañeros" y, aunque adujo que es temprano para hablar de esa decisión, reconoció que le han propuesto la coordinación del PLN en Cuesta de Moras.
Ronny Monge sí habló abiertamente de su aspiración a la jefatura y aseguró que aspira a mejorar la relación entre los congresistas, el comité ejecutivo y el directorio político verdiblanco.
"Liberación Nacional no puede ser un órgano fraccionado dando declaraciones por aparte; el PLN tiene que ser una unidad y eso implica el trabajo colectivo de la fracción con el resto del partido y ahora con los alcaldes electos", dijo el herediano.
"Machismo"Según Maureen Clarke, hay una actitud machista en el PLN, que solamente ha colocado mujeres en las subjefaturas los dos primeros años: primero Karla Prendas y ahora Silvia Sánchez, pero no en la jefatura.
"Las cosas aquí hay que madurarlas y el machismo es rampante. Se cree que esos puestos son derecho de ellos (los hombres). Es un desafío que una mujer pretenda ocuparlo", dijo Clarke ante consulta de La Nación.
Añadió que ella está dispuesta a asumir ese desafío, que considera "permanente". "Por eso luchamos", añadió.
Para Monge, ya a él le han pedido antes que se haga a un lado en sus aspiraciones, precisamente Maureen Clarke, primero cuando quería ser secretario general del PLN y, luego, cuando aspiraba a un puesto en el Directorio del Congreso, que hoy desempeña Karla Prendas.
"No va a ser Ronny Monge el que se tenga que quitar siempre cuando se habla de género, hay otros compañeros que en este momento les toca hacerse a un lado", dijo Monge.
Michael Arce adujo que, en su opinión, esa responsabilidad de la vocería no tiene que ver con el género.
"No creo que tenga que ver con un tema de género, sino de coordinación, responsabilidad, liderazgo, sentido de equipo para trabajar con un grupo de compañeros de gran capacidad", finalizó.
Las discusiones en los partidos sobre quién asume la jefatura a partir del 1.º de mayo, podrían extenderse hasta finales de abril, pocos días antes del cambio de la segunda legislatura a la tercera.
El año pasado, una discusión sobre la jefatura libertaria dio al traste con la relación entre Otto Guevara y la ahora diputada independiente Carmen Quesada, pues Guevara se mantuvo en que nunca prometió la rotación en el cargo y ella, en que era un acuerdo no escrito.