Abrigos gruesos, narices frías, frazadas, flashazos y sonrisas predominaron anoche entre las 8:23 p. m. y las 9:45 p. m., cuando cientos de personas aprovecharon la excusa de un fenómeno lunar para admirar el oscuro cielo.
Durante el día, los pronósticos no fueron muy favorables, pero la mañana gris y la tarde oscura no apagaron el ánimo de los curiosos.
Mientras el Instituto Meteorológico Nacional sugería irse a la costa del Pacífico o la región de Guanacaste, ticos y extranjeros buscaron sitios despejados cercanos.
Los que habitan cerca del área metropolitana se dieron cita en el Cerro de la Muerte o en las faldas del volcán Irazú . Los más afortunados pudieron observar el fenómeno en la zona norte del país.
A las 7:14 p. m., cuando se esperaban los primeros efectos visibles, la tensión aumentaba, al igual que la nubosidad . Por momentos, la densa niebla parecía disiparse, y esto revivía la esperanza de contemplar el último eclipse total de Luna del año.
El clima no favoreció a los curiosos, al menos en el Valle Central , debido a la presencia de nubes .
Sin embargo, como el eclipse lunar es un hecho muy largo y la Luna es el objeto más grande y visible en el cielo nocturno, sí fue posible observar el rojizo fenómeno en momentos en que el cielo se aclaró, como al darse el punto máximo del eclipse, a las 9:05 p. m.
Los suspiros y sonrisas no se hicieron esperar. La visión del eclipse total de Luna desde Costa Rica fue parcial en algunos sectores. En Alajuela y San Carlos hubo mucha visibilidad. En tanto, en la costa pacífica , en sitios como Flamingo , el rojo intenso se vio perfecto.
La fase de totalidad , es decir, el tiempo en que la Luna cruzó la región norte de la sombra de la Tierra, duró una hora y 21 minutos, según la Asociación Costarricense de Astronomía.
Así, fue una noche de Luna llena, la velada ideal de un astro vanidoso que se vistió tímidamente de rosa y coqueteó con todos los “ lunáticos ” de esta mitad del planeta.